Como en Catamarca con María Soledad Morales o en Tucumán con Paulina Lebbos, el caso de Cecilia Strzyzowski reinstala la figura de los “hijos del poder”.
Un 14 de septiembre de 1990 Martha Pelloni encabezó la primera “Marcha del silencia”. María Soledad Morales quien cursaba quinto año y quería ser maestra jardinera, había sido hallada asesinada cerca del complejo deportivo de Villa Parque Chacabuco.
Aquella monja, que se convirtió en un símbolo de la lucha contra la impunidad del régimen gobernante, reaparecería años más tarde frente a otro femicidio: el asesinato de Paulina Lebbos, una estudiante tucumana de 22 años que cursaba el tercer año de Comunicación Social.
Como en Catamarca con María Soledad Morales o en Tucumán con Paulina Lebbos, la desaparición de Cecilia Strzyzowski de 28 años vuelve a interpelar fuerte al poder político. En este caso con la figura del hombre más poderoso e influyente de la provincia: Jorge Capitanich, actual gobernador de Chaco.
Emerenciano Sena, principal líder piquetero de la provincia y precandidato a diputado provincial, y su esposa Marcela Verónica Acuña, precandidata a intendenta de Resistencia por el Frente Chaqueño, están detenidos por su presunta vinculación con la desaparición de su nuera, quien fue vista con vida por última vez el 1 de junio pasado. Como así también, César, uno de sus hijos, y pareja de la víctima.
Los tres principales apuntados -además de César y sus padres hay cuatro detenidos más- están acusados por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”. Ninguno aceptó declarar, y el abogado de César anunció su renuncia a la defensa por “diferencias irreconciliables”.
“Se incorporaron elementos de pruebas que me impiden seguir ejerciendo eficazmente la defensa de mis representados”, explicó José Díaz, quien además asistía a otros dos acusados, Fabiana González y Gustavo Obregón, cercanos a Sena. “Son pruebas contundentes que no resultan de la declaración testimonial, sino de dos allanamientos, son todas muy objetivas”, amplió el abogado.
Desde que comenzaron a ser interpelados, Sena y Acuña evadieron a la familia de Cecilia, instalaron versiones falsas y hasta plantearon una hipótesis política. La mamá del principal acusado aseguró que su nuera estaba viva, una posibilidad que por estas horas suena descabellada.