Desde 1998 hasta ahora se deforestaron 7 millones de hectáreas en el norte argentino

Argentina desde el año 2008 cuenta con la Ley de Bosques, a pesar de ella, la deforestación continúa siendo un problema socioambiental clave que pone en riesgo la salud de la naturaleza y de las personas.

Greenpeace desde hace años lleva adelante un mapa de deforestación en Argentina a través de la comparación de imágenes satelitales y en las últimas semanas denunció que un empresario ganadero uruguayo viene desmontando de forma ilegal miles de hectáreas en Salta.

Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace, afirmó: “la grave crisis climática y de biodiversidad en la que estamos nos obliga a proteger nuestros últimos bosques nativos. Más deforestación significa más cambio climático, más desaparición de especies, más inundaciones, más desertificación, más enfermedades, más desalojos de campesinos e indígenas, y más pérdida de alimentos, maderas y medicinas. Destruir bosques es un crimen que debe convertirse en un delito penal”,

Además, Giardini agregó,  “es evidente que las multas no son suficientes” ya que en muchos casos “hay complicidad de los gobiernos en la violación de la Ley de Bosques”. “Es hora de acabar con esta impunidad. Necesitamos avanzar con su penalización”.

En el año 2022, la deforestación en el norte de Argentina fue de 112.545 hectáreas (Santiago del Estero 38.492 hectáreas, Chaco 36.159 hectáreas, Formosa 22.664 hectáreas y Salta 15.230 hectáreas), una cifra que se duplica si se consideran los territorios afectados por los incendios forestales, otra forma drástica de cambio de uso del suelo.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) advirtió que Argentina explica el 4,3% de la deforestación global. Los sectores Agricultura, Ganadería, Silvicultura y otros Usos de la Tierra representaron el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país en 2017.

Se calcula que el 75% de la deforestación en Argentina de las dos últimas décadas se concentra en las provincias del Gran Chaco (Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa).

Los datos que arroja la plataforma de monitoreo de Bosques, Global Forest Watch, en los últimos 20 años el 80% de la masa forestal eliminada en Argentina estuvo directamente vinculada con los sectores dominantes que responden a la deforestación, con la agroindustria a la cabeza (tanto agricultura como ganadería).

La Organización Mundial de la Salud ha repetido que uno de los factores que está aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades es la pérdida de bosques y el deterioro ambiental.

Desde Greenpeace explicaron que el desmonte facilita el contacto entre los humanos y las poblaciones de fauna silvestre portadoras de virus, bacterias y otros microorganismos a los que, generalmente, las personas no habían estado expuestas. Por lo cual el resultado es el incremento de las enfermedades zoonóticas y expresaron que: “en Argentina la deforestación, el agronegocio, la falta de acceso a agua potable y la pobre asistencia alimentaria agravan la situación para muchas familias que necesitan ayuda humanitaria”.

También, desde la organización señalaron que el avance de la frontera agropecuaria “aumenta la destrucción de bosques y los conflictos territoriales entre pueblos originarios y empresarios, los cuales compran fincas que, históricamente, pertenecen a territorio indígena y las deforestan, en su mayor parte para ganadería intensiva y cultivo de soja transgénica.  Esto reduce su acceso a alimentos, medicinas y maderas para su sustento y forma de vida”.