El armadillo más pequeño del mundo habita en la Argentina y se llama pichiciego menor. Pesa menos de 100 gramos y mide menos de 15 centímetros. Pero lo que ha sorprendido en el mundo de la biología es que se trata del único mamífero que tiene una doble capa de piel.
Posee una coraza como todos los armadillos, pero por debajo de la coraza, el pichiciego menor cuenta también con un pelaje de pelos blancos, sedosos y flexibles. Lo que permite que el pichiciego menor se desplace y viva en ambientes subterráneos y áridos.
Ocho investigadores de la Argentina que pertenecen al Conicet y a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata hicieron por primera vez la descripción del original sistema de la doble capa que tiene la especie de armadillo, que lleva el nombre científico de Chlamyphorus truncatus.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Journal of Zoology de la Sociedad de Zoología de Londres.
El coautor e investigador en ciencias veterinarias del Conicet Claudio Barbeito, explicó: “hicimos un estudio de investigación básica que permite comprender más las adaptaciones tegumentarias de una especie de armadillo que solo habita en el territorio de la Argentina, es decir, que se trata de una especie endémica. Es la primera vez que se realiza un estudio en profundidad del tegumento de esa especie”.
Cecilia Krmpotic, investigadora del Conicet y primera autora del trabajo indicó “existe la capa interna con un abundante pelaje blanco fino y sedoso. Ese tipo de pelaje es similar al que presentan mamíferos de hábitos estrictamente subterráneos como las ratas topo o los topos marsupiales. Esa semejanza demuestra convergencias evolutivas con especies de otros grupos de mamíferos que habitan en ambientes similares”.
El doctor Barbeito expresó que “su sistema de doble piel es una protección frente a sus posibles predadores. También lo ayuda a mantener la temperatura corporal y le permite sobrevivir y moverse en el ambiente subterráneo”.
Como el armadillo ve poco, y por sus hábitos subterráneos, los científicos estudiaron otras estructuras sensoriales como las llamadas “vibrisas” que “son pelos sensoriales especializados que se ponen en contacto con las paredes de los túneles por los cuales el pichiciego se desplaza”, mencionó Krmpotic.
El pichiciego menor ha sido calificado por la revista National Geographic como una de las 4 especies más insólitas de América Latina. Las otras tres son el Pez murciélago de Galápagos, el ave Gran urutau y la mara patagónica.
Los nuevos conocimientos aportados por los científicos argentinos son significativos no solo para conocer más sobre la diversidad biológica de la región sino también para entender las adaptaciones de los animales al ambiente en el que viven. Podrían ser utilizados en otros campos de investigación como la biotecnología.