El gobierno informó la intervención de ese Instituto bajo la órbita del ministerio de Economía por 90 días, intervención que estará a cargo de Inés Liendo, referente del PRO en Salta. Esta intervención, que en la práctica significa el cierre del INAFCI, afecta a 900 técnicos que asisten a 250 mil pequeños productores en todo el país.
El Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena tiene 42 empleados en la provincia de Santa Fe, que trabajan con pescadores artesanales y núcleos familiares de la ruralidad, sobre todo en el centro-norte.
Cabe destacar que el objetivo principal del instituto fue –hasta ahora– el acompañamiento técnico y financiero a agricultores familiares rurales de toda la Argentina, de cuyo trabajo depende en buena parte la llegada de alimentos frescos a los habitantes de todo el país.
El papel principal del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena es el de acompañar el desarrollo y el trabajo de unos 250 mil productores de alimentos de todo el país, a través de asesoramiento técnico para el cultivo de verduras, frutas y hortalizas y la cría de animales, desde un enfoque agroecológico.
Los técnicos de este instituto están preparados para colaborar y facilitar el acceso a la tecnología y a la infraestructura productiva y son, en muchos casos, quienes articulan el trabajo de las familias productoras con entidades locales, municipios o incluso organismos financiadores.
Diego Lorenzo, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), explicó: “recién nos estamos enterando de que finalmente hay una interventora nombrada por Nación, en estos tres meses no hubo ningún nombramiento de nadie, nos enteramos del cierre del Instituto por lo que dijo el vocero presidencial porque nunca tuvimos información directa por parte del gobierno”.
Los 42 agentes que el Instituto tiene en Santa Fe se encontraron con mails que dejaron de funcionar y con el cierre de sistemas internos de información, al tiempo que empezó a circular que muchos iban a quedar desvinculados de su trabajo.
Con respecto a los pescadores y pequeños agricultores, Lorenzo explicó que: “en la provincia se viene trabajando mucho con los pescadores artesanales, que son unos 5 mil” y agregó que a eso se suma el trabajo con agricultores familiares de zonas rurales, de la agricultura urbana y de los cordones huerteros y horticultores de las ciudades grandes. “Esto afecta de forma directa no solo a los agentes del Instituto, sino a los productores de alimentos que muchas venden en sus comunidades locales y que además se esfuerzan en producir con métodos sanos y frescos”, dijo el delegado de ATE.
Por último, recordó que en la actualidad el mundo “va en otra dirección”, Naciones Unidas nombró a este decenio como el de la Agricultura Familiar. Y finalizó: “mucho del financiamiento internacional que viene es por el trabajo de los técnicos, que funcionan como intermediarios con las comunidades. Vamos totalmente a contramano”.