Cómo alcanzar la longevidad según el neurólogo argentino de 64 años que corre ultramaratones

Alejandro Andersson, neurólogo, ha corrido distancias que van de 50 a 120 kilómetros. Y en la actualidad, hace 60 kilómetros por semana para entrenar; sumado al secreto de su desayuno que repite todos los días. El médico explica por qué con el running se puede vivir más y mejor.

Andersson de 64 años es director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires, y hoy entre pacientes opta por estar un rato cuerpo a tierra con la fuerza del abdomen y los brazos extendidos con el objetivo de estar concentrado en su próxima meta: correr 50 kilómetros.

Alejandro Andersson lleva corridas más de 300 carreras por su rutina diaria basada en una vida metódica y saludable, que va desde un súper desayuno proteico hasta un entrenamiento de 60 kilómetros por semana, que incluye hacer ejercicio con el peso de su propia existencia en el consultorio.

Una de las carreras emblemáticas del médico fue em 2015 cuando corrió desde Mar del Plata hasta Pinamar, unos 120 kilómetros.

Uno de los beneficios del running es que favorece a longevidad teniendo en cuenta que en nuestro cuerpo lo siete de inmediato. En este sentido, el neurólogo explica que “durante el entrenamiento se incrementa el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluido el cerebro y esto porque la demanda de oxígeno y de nutrientes aumenta para poder satisfacer todas las necesidades metabólicas que genera el ejercicio. También en esta actividad física se libera una gran cantidad de neurotransmisores (serotonina, dopamina) y esto es inmediato”.

Otro de los puntos importante es que ejerce un control del peso y a eso Andersson expresa que “la actividad física de alguien que mantiene un buen entrenamiento vinculado al running, obviamente, genera una disminución de peso por el consumo de calorías, y porque aparte el mismo deporte te obliga a mantener un buen peso. En algunos deportes y ciertos sobrepesos se pueden llevar con el deporte sin problemas, pero hay otras actividades que no, particularmente en el running”.

Cabe destacar que, además, este tipo de actividad física mejora la salud cardiovascular, es decir, fortalece el corazón, los pulmones y la circulación sanguínea. A su vez, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y también de enfermedades cerebrovasculares, ya que mejora el control de la hipertensión arterial.

Por su parte, entrenar temprano a la mañana en ayunas era algo impensado hace no mucho tiempo. Sin embargo, una última evidencia científica da cuenta de los posibles beneficios de hacer ejercicio a primera hora del día sin haber comido antes y precisamente es eso lo que hace Andersson y explica que a su edad (64 años) está prestándole cada vez más atención a tener una alimentación rica en nutrientes y que permita seguir teniendo energía, capacidad intelectual y deportiva. Pero hay una particularidad: su desayuno siempre es lo mismo. Y contiene: semillas activadas entre ellas, sésamo, lino, amaranto. Avellanas, nueces pecan, almendras, zaragatona (Plantago psyllium), fenogreco, chía y zapallo, avena, pasas de arándanos, ciruelas y sultanas.

El médico argentino detalla que “esto puedo comerlo con leche de almendras o lo tiro en una sartén con oliva, 3 huevos y le sumo cúrcuma con algo de pimienta negra”.

En cuanto al descanso y entrenamiento, Andersson cuida su sueño se despierta entre las 7 y las 8 y se acuesta no más de las 0:30.

Entrena siempre de mañana, 4 veces por semana. “Sumo un promedio 60 kilómetros por semana. Hay un día que hago fondo largo casi siempre plano, aproximadamente 20 kilómetros y otro que hago pasadas, cortas o largas; o cuestas. Los otros dos en general corro 15 kilómetros cada día y con fondo plano”, cuenta.

El running tiene también efectos altamente positivos en el cerebro. Por ejemplo, una simple corrida o caminata diaria puede potenciar casi todas las funciones cerebrales, según los expertos por el flujo sanguíneo en el cerebro; otras mejoran temporalmente las capacidades cognitivas, y algunas más son el fruto de cambios estructurales en el cerebro tras un período prolongado de práctica de la carrera.

Alejandro Ansersson indica que el running regular y otros ejercicios aeróbicos contribuyen al crecimiento y la longevidad de las neuronas, es decir, fomentan la plasticidad cerebral y explica: “estos efectos, que pueden ser medidos de forma bastante rápida, se van acumulando con el tiempo. Es conocido que cuando alguien comienza un régimen de entrenamiento desde cero, los beneficios no son inmediatos en la primera semana. De hecho, se requieren varios meses para alcanzar un estado de equilibrio en el plan de objetivos propuesto, y ese equilibrio es un indicador de que estamos empezando a experimentar beneficios tangibles tanto en el cuerpo como en el cerebro”.

Investigaciones llevadas a cabo en San Diego, así como por Yaakov Stern y Richard Sloan y publicadas en la revista Neurology, sostienen que cualquier actividad física contribuye a la formación de nuevas neuronas, incluso en cerebros en etapas avanzadas de la vida.

Además, los estudios revelan que dedicar tan solo tres horas semanales o un ejercicio cardiovascular como el running puede frenar e incluso revertir el proceso de envejecimiento cerebral, especialmente en las zonas responsables de la memoria y el pensamiento avanzado.

Fuente: Infobae.com