Día Internacional de la Felicidad: claves para incluir en la rutina diaria y alcanzar el bienestar emocional

Durante las últimas 3 décadas, la felicidad ha dejado de ser un concepto difuso, cultivada y pensada por filósofos para ser un tema de interés de estudio para la ciencia.

La felicidad es esencial en la vida del ser humano y es por ello que existe un día conmemorativo. Las Naciones Unidas declaró el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad para reconocer la importancia de ella y el bienestar como objetivos universales en la vida de las personas en todo el mundo.

Los especialistas recomiendan:

Las relaciones personales, un factor clave: según Martin Seligman, considerado como el padre de la psicología positiva, tiene una vasta trayectoria investigando sobre la felicidad, explicó las principales claves que identifica son desarrollar habilidades para aprender a lidiar con el fracaso, apreciar las cosas buenas de la vida y cultivar las relaciones humanas.

Para Angélica Mabel Burga Tequén, decana del Consejo Directivo Regional I de Lima y Callao del Colegio de Psicólogos del Perú, las conexiones sociales son fundamentales para la felicidad. “dentro de los cinco hábitos para la felicidad, hay que tomar en consideración la parte social y sobre todo los amigos, aquellas personas que nos llevan a los momentos gratos, que nos hacen recordar situaciones agradables y que realmente nos hablan en positivo”.

Las relaciones cercanas, más que el dinero o la fama, son las que mantienen felices a las personas durante toda su vida, reveló un estudio de Harvard liderado por el psiquiatra del Hospital General de Massachusetts y profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, Robert Waldinger, quien apuntó que la calidad de nuestras relaciones interpersonales es proporcional a nuestra salud mental y física. De acuerdo con el estudio, las personas que mantenían contacto con familiares, amigos o pareja de manera “cálida” (es decir en una esfera de confianza, reciprocidad y tolerancia) también se mantuvieron más saludables y felices a medida que envejecían.

Placeres cotidianos propios

Buscar el proyecto personal también es un poderoso promotor de la felicidad. Identificar las pasiones, valores y metas personales, y trabajar hacia su realización, puede proporcionar una sensación de dirección y satisfacción que contribuye a una vida más plena y feliz.

Daniel Antar, licenciado en Psicología, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina y autor del libro Acerca de la felicidad. Del placer al bienestar, indica que “algunos hábitos que pueden coadyuvar a la cuestión de la felicidad son todos aquellos que apuntan a promover sensaciones de plenitud. Es decir, todas las actividades que promuevan dicha sensación, van a estas asociadas a un gran sentimiento de bienestar. Esto tiene una gran relevancia en un mundo que nos exige cotidianamente importantes niveles de disociación, ya sea en las demandas laborales, familiares, intelectuales, entre otras, donde muchas veces perdemos este contacto con nosotros mismos”,

El licenciado en psicología sostuvo que “hoy sabemos –por los grandes avances de la neurobiología- que esa es la base de la meditación. Si pudiéramos desplegar el aquí y ahora, absorvidos en la tarea, cuando salimos a caminar, practicamos natación, regamos nuestro jardín, estaríamos meditando y jugando al mismo tiempo, esa actividad por más trivial que nos parezca significa que estamos sintiéndonos y reconociéndonos”.

Burga Tequén hace referencia a la música:” Un hábito que debemos tener es escuchar música desde el momento en que nos despertamos. Una música contagiosa, alegre, con una letra que debemos aprender porque nos va a generar movimiento el cantar y sonreír”, apuntó la especialista.

Teniendo en cuenta que algunos estudios demuestran que la música afecta al cerebro de manera positiva, aportando felicidad.

Otras de las claves es el buen descanso y cuidado del cuerpo

Un estudio coordinado por Cara Palmer, investigadora de la Universidad Estatal de Montana, explicó cómo la calidad del sueño afecta directamente el estado emocional de los individuos.

En el estudio se evidencia una correlación negativa entre los tres tipos de interrupción del sueño que analizaron y la manifestación de emociones positivas, tales como la felicidad, la alegría y la satisfacción.

Burga Tequén apuntó que “dormir es importantísimo como hábito para la felicidad porque son momentos para guardar pensamientos, las memorias a largo plazo y nos reactiva nuestras defensas y la conservación de la salud”.

El ejercicio regular, una alimentación balanceada y el descanso adecuado son fundamentales para el bienestar físico y mental.

También, es importante, ejercitar la gratitud: tomarse el tiempo para apreciar las cosas buenas de la vida y expresar gratitud por ellas puede tener un impacto significativo en la felicidad.

La práctica de la gratitud y su efecto sobre la neuroquímica del cerebro ha sido objeto de estudios recientes que demuestran cómo este gesto puede provocar una liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, conocidos por mejorar el ánimo.

Un estudio concluyó que hay una correlación positiva sustancial entre gratitud en la satisfacción con la vida o la felicidad. También se identificaron varios mediadores potenciales, incluido el significado de la vida, el apoyo social y la autoestima.

Por último, otras de las claves es enfrentar los fracasos y cultivar la resiliencia: la práctica de la resiliencia es fundamental para alcanzar la felicidad y el bienestar emocional. La resiliencia se refiere a la capacidad de recuperarse y adaptarse frente a la adversidad, el estrés y los desafíos de la vida. Construir la resiliencia implica desarrollar habilidades y estrategias que nos permitan enfrentar las dificultades con una actitud positiva y constructiva.

El manejo del estrés, la adaptación a los desafíos y las circunstancias, la superación de obstáculos permite desarrollar habilidades de afrontamiento positivo, mantener una actitud optimista y buscar soluciones creativas nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida con fortaleza y determinación, promoviendo así una vida más plena y satisfactoria.