Un estudio reciente, publicado en la revista Science of The Total Environment, ha revelado los peligros del pesticida lambda cihalotrin, utilizado en la agricultura argentina y europea. Este químico, empleado en cultivos clave como soja, trigo y maíz, afecta gravemente a la biodiversidad, incluso cuando se utiliza en las dosis recomendadas. En Argentina, su uso está extendido, pero al igual que en Europa, especialistas advierten sobre sus efectos negativos en insectos beneficiosos, esenciales para el equilibrio de los ecosistemas agrícolas.

El estudio, liderado por la Universidad Jaguelónica de Polonia y con la colaboración de la Universidad de Barcelona, concluye que el lambda cihalotrin, parte de los insecticidas piretroides, no discrimina entre las plagas que se busca eliminar y las especies que desempeñan funciones vitales en el ecosistema, como los polinizadores y los depredadores naturales de plagas. En Argentina, este insecticida es usado para combatir pulgones, orugas y otros insectos que amenazan los cultivos, pero sus efectos sobre especies como las abejas y mariquitas podrían ser devastadores.
Impacto en la biodiversidad argentina
En el estudio se descubrió que con solo un 5% de la dosis recomendada, la mitad de las especies de insectos beneficiosos ya mostraban signos de afectación. Cuando se aplicaba la dosis completa, el impacto alcanzaba hasta un 98% de las especies, lo que evidencia que el uso de lambda cihalotrin en la agricultura argentina, aunque efectivo para controlar plagas, puede provocar un desequilibrio ecológico significativo.
José Manuel Blanco, investigador del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB y coautor del estudio, advirtió que la eliminación de depredadores naturales como mariquitas y arañas puede agravar a largo plazo los problemas de control de plagas. Esto generaría una mayor dependencia de los productos químicos, afectando la sostenibilidad del sector agrícola.
Regulación y uso en Argentina
En Argentina, el uso de pesticidas como el lambda cihalotrin está regulado por el SENASA, que establece normativas para su aplicación segura. Sin embargo, los expertos coinciden en que es necesario replantear su uso y avanzar hacia alternativas más sostenibles. El país, al ser uno de los principales productores agrícolas del mundo, enfrenta un desafío urgente para encontrar un equilibrio entre la productividad y la conservación de su biodiversidad.
La crisis global de los insectos: un problema que también afecta a Argentina
El estudio también destacó que la diversidad de insectos está disminuyendo a nivel global a un ritmo alarmante del 2,5% anual. En Argentina, la situación no es diferente. La combinación del uso masivo de pesticidas, la pérdida de hábitats naturales y el cambio climático está acelerando la desaparición de especies fundamentales para la polinización y la salud de los suelos.
Este declive representa una amenaza no solo para el medio ambiente, sino también para la seguridad alimentaria, ya que los insectos beneficiosos son esenciales para mantener la productividad agrícola a largo plazo. En ese sentido, el estudio hace un llamado a reconsiderar el uso intensivo de pesticidas y adoptar prácticas agroecológicas que promuevan la biodiversidad.
Un futuro sostenible para la agricultura argentina
La investigación subraya la necesidad de implementar políticas agrícolas más sostenibles en Argentina, que reduzcan la dependencia de productos químicos tóxicos como el lambda cihalotrin. Los expertos proponen incorporar un enfoque multiespecie en las evaluaciones de riesgos, que considere no solo los efectos en especies como la abeja de la miel, sino en la amplia variedad de insectos que desempeñan roles cruciales en los ecosistemas agrícolas.
La preservación de la biodiversidad no es solo un desafío ambiental, sino también una necesidad urgente para garantizar la viabilidad futura de la agricultura argentina y la seguridad alimentaria global.