El rol y la estrategia que juega la única vacuna autorizada contra los cuatros serotipos del dengue

Ante el brote histórico de dengue que atraviesa la Argentina, el país debe prepararse para la temporada 2024-2025 y convivir con una epidemia que llegó para quedarse.

Con respecto al rol y estrategia que jugará la única vacuna autorizada contra los cuatro serotipos del dengue, compartimos las recomendaciones y las reflexiones de los tres infectólogos más reconocidos del país los doctores Tomás Orduna, Pablo Bonvehí y Eduardo López

La vacuna Qdenga (TAK-003), elaborada por el laboratorio japonés Takeda, y aprobada en 2023 por la reguladora local, ANMAT es una vacuna tetravalente contra el dengue cuenta con el aval de seguridad y eficacia de un programa extenso de 19 estudios clínicos que incluyó el estudio TIDES, del que participaron más de 20 mil voluntarios durante 5 años y demostró que la aplicación de 2 dosis de la vacuna alcanzó una reducción del 84% de las hospitalizaciones por dengue y una disminución del 61% de los casos de dengue sintomático.

La investigación se realizó en 5 países endémicos de dengue de Latinoamérica (Brasil, Colombia, República Dominicana, Nicaragua y Panamá) y 3 de Asia (Sri Lanka, Tailandia y Filipinas).

La vacuna ofrece protección frente a los cuatro serotipos del virus y está indicada para personas mayores de 4 años, independientemente de si han contraído previamente la enfermedad. Se administra en dos aplicaciones de 0,5 ml con un intervalo de tres meses y está contraindicada para embarazadas, mujeres en período de lactancia y personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Esta inmunización basa su formulación en un virus vivo atenuado, desarrollado a partir del serotipo 2 del dengue (DEN-2). Este componente actúa como pilar genético para generar inmunidad contra los otros tres serotipos del virus.

Además de la Argentina, la vacuna TAK-003 también fue aprobada por la Unión Europea (EMA), el Reino Unido, Islandia, Brasil, Indonesia y Tailandia, entre otros países.

Con respecto a ello, el médico infectólogo Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC, integrante del Departamento Científico de la Fundación Vacunar y miembro del Comité de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) destacó que respecto a la inmunización debe tenerse en cuenta distintos tipos de abordajes y estrategias de inmunización: el enfoque de la vacunación en forma individual y el enfoque desde un punto de vista de la salud pública: “En cuanto al enfoque individual hoy sabemos que cualquier persona de más de 4 años que no tenga contraindicaciones, que desee vacunarse porque vive en un área donde hay circulación de dengue o porque ya ha tenido dengue, se puede vacunar. Eso es una decisión individual y que el médico puede prescribir o puede aconsejar la vacunación. Después están las decisiones de salud pública que toman en cuenta muchos otros parámetros adicionales y datos epidemiológicos”.

El médico pediatra infectólogo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y director de la Carrera de Especialistas en Infectología Pediátrica de la Facultad de Medicina (UBA), consideró que “la vacuna de dengue no puede ser una vacuna universal en Argentina”. Según el médico, esto se basa en los datos epidemiológicos: “Toda la zona de la Patagonia y la región de Cuyo tiene un número de casos muy bajo para justificar una vacuna vacunación masiva. Así que creo que, a nivel individual, si un individuo se quiere vacunar y no está dentro de los grupos que están contraindicados, consultando a su médico previamente, puede vacunarse”.

En cuanto a la estrategia para llevar adelante con la vacuna de Takeda (denominada Qdenga), el Dr. Pablo Bonvehí expresó: “existen diferencias en el enfoque individual de la vacunación como protección personal y el enfoque de salud pública, para el que se necesita información y evidencia científica. Uno de ellos son los datos epidemiológicos precisos, sobre todo en esta enfermedad, que es distinta a otras que se presentan en el país”.

“El dengue es una enfermedad de regiones, de provincias o inclusive dentro de las provincias, de algunos departamentos. Tenemos provincias, por ejemplo, como Salta, donde hay áreas donde no tienen dengue y otras en las áreas forestadas tropicales, subtropicales, en las ciudades de esas áreas, que sí tienen. Entonces, es necesario seleccionar muy bien las regiones y para eso se deben contar con una base sólida epidemiológica que permita analizar cuidadosamente los datos”.

E la continuidad de su explicación, Bonvehí dijo: “el otro punto también que se basa en los datos epidemiológicos, es a qué grupos afecta, a qué grupos de edad, porque también uno tiene que seleccionar las edades para vacunar. En nuestro país, a diferencia de otros países, las edades son en general en adultos jóvenes, es la mayor incidencia. Hay otros países, donde la enfermedad ya es endémica hace muchos años, que afecta sobre todo a poblaciones de niños y adolescentes. Posiblemente en nuestro país las estrategias sea seleccionar bien las áreas, departamentos o regiones donde haya alta circulación. En algunas zonas del Norte ya podemos hablar de circulación endémica. Se debe identificar cuáles son los grupos de edad afectados y vacunar a esos grupos en base a los datos con los que se cuenta de la vacuna.

Por su parte, el Dr. Eduardo López consideró que “a nivel mundial, aún las grandes instituciones de salud no tienen clara la estrategia para la vacuna de Takeda. Esta es una vacuna segura y eficaz, sin ninguna duda y los estudios muestran que con dos dosis es eficaz para prevenir 60 a 62% de cualquier forma de dengue y más del 80% de las hospitalizaciones. Pero no hay estudios que digan que con una dosis usted quede adecuadamente protegido, aunque sí se inicia el proceso inmunogénico, porque el individuo seronegativo ya tiene anticuerpos. El gran tema es que, entre la primera dosis y la segunda, se requieren tres meses. Entonces, la primera estrategia que uno puede pensar es vacunar primero a los seropositivos, aquellos individuos que tuvieron dengue. Segundo, vacunar en zonas donde hay hiperbrotes, donde hay endemia y todos los años aparece un número grande de casos”, finalizó.

Tomás Orduna, médico infectólogo, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en el Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del comité científico de la Fundación Mundo Sano, precisó: “el uso de la vacuna es algo que cada provincia puede delinear, en cuanto a cuáles son las regiones, los grupos poblacionales, en qué cohortes, pero sin dudas debe ir programándose. No hay que salir corriendo, esta no es una vacuna como nos pasó con el COVID, que vamos a salir corriendo a aplicar. Tampoco la pensamos para cortar este brote. Es una vacuna de dos dosis con una eficacia del 61% para evitar enfermedad y 90% para evitar internaciones y cuadros graves. El Estado Nacional es muy importante en esto, pero por ahora viene difiriendo la decisión, si bien no dice que no la vaya a utilizar, por ahora no se observa un plan que ya se esté preparado”.

En cuanto a los grupos priorizados que deberían aplicarse la vacuna, el Dr. Pablo Bonvehí afirmó que “la vacuna está evaluada en aquellos que tuvieron y en los que no la tuvieron. Es un poco más eficaz en los que cursaron la infección previamente que en los que no. Pero también tiene una eficacia de alrededor del 80% para prevenir hospitalizaciones en personas que no tuvieron dengue. Por lo tanto, también hay que considerar a la población que no tuvo dengue para su vacunación en lugares donde existe un elevado riesgo de la enfermedad o una elevada prevalencia de la enfermedad”.

El Dr. Eduardo López expresó que “en Argentina la vacuna está aprobada de 4 a 100 años. Otros países lo han aprobado de 4 a 65 años, otros de 4 a 64 años, porque Takeda ha hecho estudios hasta 64 años. En lo personal creo que si un adulto mayor que no está dentro de los grupos de riesgo, consultando previamente a su médico, se puede vacunar. Los grupos prioritarios como diabetes, como obesidad mórbida y demás, tienen que estar dentro de los grupos a vacunarse. Ahora, hay que vacunarse en las zonas que realmente haya alta incidencia de dengue. Por eso el análisis en las grandes ciudades tiene que hacerse con cautela, pero también teniendo en cuenta estos grupos”. Y continuó: “la estrategia hay que analizarla con un grupo multidisciplinario en función de los datos, aparentemente en la Argentina. Hay dos provincias que son Misiones y Salta que están vacunando con un protocolo que todavía no es del todo claro. Por lo menos en Misiones están aplicándola a personas de 20 a 59 años. Creo que el Ministerio de Salud de la Nación debe evaluar la estrategia para que en mayo o junio se pueda empezar a vacunar”.

Por último, el Dr. Orduna explicó que “en principio en el Calendario Nacional de Vacunación existen etapas previas, como pasó con el COVID, etapas a cumplirse antes de la incorporación. Pero tarde o temprano es posible que se convierta en una vacuna de calendario, porque la vacuna claramente tiene un rol en lo que es la estrategia de gestión integral del manejo de Dengue y Arbovirus. Esto por supuesto, no invalida lo que tenemos que hacer en cuanto a prevención con el mosquito, que a su vez transmite otros arbovirus como chikungunya, Zika y eventualmente fiebre amarilla urbana”.