
Las elecciones generales del domingo 10 de septiembre no solo reflejaron el cambio de color político en la provincia de Santa Fe, sino que marcaron la llegada a cargos de gestión de una generación de dirigentes que nacieron en democracia. Son 886 personas de 40 años o menos que resultaron electas para los cargos a los que se postulaban.
Se trata de políticos de 40 años o menos que lograrán ocupar cargos en los poderes Ejecutivo y Legislativo tanto a nivel provincial como municipales y comunales. Son 11 diputados, 3 senadores, 6 intendentes, 88 concejales, 386 miembros comunales y 392 contralores de cuentas
Uno de los que forman parte de esa generación es el intendente electo de la ciudad de Rafaela, Leonardo Viotti, de 36 años, quien expresó “por parte de la sociedad que me vio nacer y crecer, genera mucha alegría, agradecimiento, pero sobre todo mucha responsabilidad. La democracia tiene grandes desafíos y la política actual no está sabiendo dar respuestas a las demandas principales que los argentinos tienen”, y agregó: “es un desafío muy grande para reivindicar a la política como una herramienta de transformación real”.
En cuanto a los desafíos de la democracia, Viotti marcó principalmente “la estabilidad de un país que no nos permite proyectar, progresar o pensar a largo plazo; encontrar un equilibrio institucional y un equilibrio económico que nos dé tranquilidad y la posibilidad de crecimiento; fortalecer las instituciones y quitar el narcotráfico y la droga que tanto daño está haciendo a toda una generación”.
Por último expresó: “espero que mi generación aprenda de los errores de los que están hace tiempo y se siente sobre las bases de lo que se hizo bien y mejorar lo que se hizo mal. La política merece ser reivindicada como una herramienta de transformación, que es maravillosa, pero la mala política también puede hacer mucho daño. Tenemos que dar lo mejor para resolver los problemas de la gente”.
Leonel Chiarella, el intendente reelecto de Venado Tuerto, con 35 años, también pertenece a la generación Sub 40 y destacó que “ser parte de esta generación es un orgullo. Representa algo muy importante” y remarcó: “Uno de los desafíos más importantes que tenemos tiene que ver con recuperar la confianza de los vecinos, de la gente con la política. “Hay que ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace. Tenemos que ser una generación que cumpla con la palabra, con cada compromiso, con cada obra. Tienen que cumplirse”.
El intendente de Venado Tuerto hizo hincapié en la inseguridad y el narcotráfico. “Se enfrenta con coraje y decisión. No hay que elegir qué problema enfrentar y con otros, mirar para otro lado”, enfatizó.
Por otra parte, explicó que “otro de los pilares es escuchar. Escuchar las necesidades y los requerimientos que tiene la sociedad. Como generación política, cuando toca administrar tiene que haber acción y reacción. La reacción sirve ante un problema para solucionarlo. La acción es plantear una visión, una mirada hacia adelante”.
Paola Devesa será la segunda intendenta de la historia de San Jerónimo Norte. Tiene 35 años, es abogada y también integra la generación Sub 40 y reveló que “un camino pendiente era este de la política, de involucrarme y más en la localidad donde nací, crecí, tengo mi familia, mis amigos, donde quiero dejar algo de todo lo que me brindó y me hizo ser hoy”.
Otro de los que conforman la generación menos 40 es Miguel Weiss Ackerley, de 36 años, quien fue electo intendente de la ciudad de Santo Tomé. Y precisó, “me sumé al PRO en 2008, cuando estalló el conflicto por la Resolución 125, acompañando a la ruralidad. A partir de 2013 encabecé listas en Santo Tomé, buscando acceder a una banca en el Concejo local. En 2019 fui candidato a intendente. En 2021 volví al Concejo buscando comunicar con más firmeza nuestra visión de ciudad, con la mirada puesta en la elección que acaba de ocurrir y gobernar la ciudad”.
En cuanto a los desafíos políticos para esta generación sostuvo que “el principal desafío es el de reivindicar la participación o la militancia política. Mostrar que se puede hacer política de otra manera, sin ataduras, sin tanto café y con más calle y contacto directo con quienes uno aspira a representar”.