En marzo el stock de pesos, base monetaria más los pasivos remunerados, experimentaron un aumento del 12.01% respecto al mes anterior, alcanzando un total de $43.4 billones.
La base monetaria presenta un salto de 18.23%, mientras que los pasivos remunerados crecieron 9.69%. Los principales factores que explican estos incrementos son la compra de dólares por la que se tuvo que emitir $2.45 billones como así también el pago de intereses de los pasivos remunerados que implicaron una emisión de $1.98 millones.
Ya desde julio del año pasado que el BCRA no emite en forma directa para asistir al Tesoro.
Crece el stock de pesos
En febrero este mismo stock de pesos había bajado $2.22 billones. Pero a diferencia del mes que terminó hace unos días, en ese momento la colocación del bono Bopreal en sus distintas series, junto a un excedente de colocación de deuda del Tesoro que se utilizó para recomprar bonos en poder del BCRA, lograron que el BCRA absorbiera dinero.
En marzo la cantidad de pesos volvió a crecer y lo hizo fuerte a pesar de la reducción de tasa que implica también una menor cantidad de intereses a pagar.
Cuando medimos la cantidad de pesos al valor del dólar contado con liquidación (CCL), vemos que alcanza los u$s 39.818 millones, casi u$s 3.600 millones más que el mes anterior y u$s 8.000 millones superiores que el día que asumió el Presidente Milei.
Esto es producto del crecimiento de los pesos pero también de la calma en los dólares alternativos, entre ellos el CCL. Al día de hoy para limpiar la totalidad de pesos se necesitan más dólares que hace 3 meses.
La estabilidad del dólar se mantiene
Ahora bien, más allá de ver que los pesos vuelven a crecer a una velocidad importante como mencioné en el párrafo anterior, los dólares alternativos, incluido el blue que es el único dólar libre, mantienen una cierta estabilidad.
Acaso hay un cambio en la correlación que veníamos viendo desde la vuelta del cepo entre la cantidad de pesos y el valor del dólar o se trata de una distorsión temporal. Si bien hay un cambio de gobierno y con ello de expectativas, donde se focaliza en la corrección de las cuentas públicas, el cepo se mantiene y la emisión también.
Cómo explicar entonces la estabilidad cambiaria mencionada, en principio podemos mencionar la fuerte dolarización previa a las elecciones del 2023 donde todo aquel que pudo compró dólares, la recesión actual hace que no quede muchos excedentes para dolarizar más allá que su precio parezca atractivo. Entonces qué pasa con los pesos, dónde están y por qué quienes lo tienen no lo utilizan para comprar dólares. Ahí podríamos mencionar que en el actual momento económico de recesión pero con aceleración de precios (estanflación), los tenedores de los excedentes suelen ser las empresas. Muchas de ellas con regulaciones que les impide comprar dólares en el MEP o el CCL porque de hacerlo no pueden acceder por 90 días al mercado de cambios oficial, entre otras.
Cuánto tiempo puede durar esto es difícil de saber. Mientras tanto el dólar oficial pierde competitividad fuertemente debido a la combinación de una alta inflación mensual (25,5%, 20.6% y 13.2%) con un crawling peg del 2%.
El TCRM pierde competitividad
Así el tipo de cambio real multilateral (TCRM), índice que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los principales 12 socios comerciales del país, ha perdido toda la competitividad ganada.
Luego de la devaluación de diciembre del año pasado el TCRM llegó a los 155 puntos, hoy se encuentra en 102.5 puntos perdiendo un 33.87%. Pero no solo eso, también está debajo de la devaluación de Massa posterior a las PASO (113.27 puntos), del comienzo del gobierno de Alberto Fernández (123 puntos), de la devaluación de Cristina Kirchner en el 2014 (119 puntos) y de hasta la salida del cepo con Macri en 106 puntos, dato que había mencionado el Ministro Caputo como referencia.
Es inconsistente que los dólares alternativos suban un 10% en 4 meses cuando la inflación supera el 88%, la pérdida de la competitividad del dólar oficial reflejada en el TCRM debería comenzar a preocupar y; una inflación corriendo al 17% en promedio en los últimos meses, con un estimado del 10% para marzo con una tasa de política económica en 6.50% y un crawling peg del 2% que muestra no estar alineadas, convierten a la estabilidad cambiaria en sumamente frágil.
Sin conocer el momento exacto de cuándo podría darse la corrección de la brecha generada estos meses entre inflación y dólar, ni el driver que lo canalice, habrá que seguir de cerca la próxima liquidación de la cosecha. Dado que si bien eso implica un ingreso de dólares al BCRA los productores terminan recibiendo pesos y con un dólar que se percibe barato sumado a no tener incentivos para mantenerse en moneda local por los rendimientos reales negativos, podemos encontrar allí una mayor demanda de los dólares.
Fuente: IProfesiona.com