Una vez que tenemos los canteros preparados y listos para sembrar (si no lo hiciste entrá acá para hacerlo) debemos organizar nuestro esquema para distribuir los cultivos que queremos cosechar con el tiempo. Este paso es uno de los más importantes, y es de gran ayuda organizar las semillas que tenemos para sembrar de acuerdo al lugar que tenemos disponible. Si lo hacemos en un cuaderno donde tengamos todas las fechas de siembra, estación y asociación, nos servirá a futuro para cuando tengamos que hacer rotaciones para que la tierra no se empobrezca de nutrientes.
Lo que recomiendo es trazar un croquis de acuerdo a cada cantero, ver que asociaciones posibles podemos hacer (acá les regalo una tabla completa de asociaciones para la huerta) para que cuando combinemos y asociemos los vegetales, no se tapen unos con otros y la luz del sol pueda llegarle a todas la plantas según el crecimiento que tengan y la mejor convivencia entre las especies, por ejemplo la remolacha con la lechuga, que ocupan diferentes espacios según su desarrollo, o las zanahorias con cebollas, para ahuyentar las plagas del suelo.
Para aprovechar al máximo la huerta debemos organizar la combinación de cultivos de acuerdo a su follaje o raíces y según cual sea su consumo de nutrientes. Por ello la importancia de la asociación. Los esquemas de siembra organizados por estación o por ciclos son muy importantes ya que tenemos plantas que consumen muchos nutrientes como la chaucha o el tomate, o poco como la espinaca o la lechuga.
Hay ciertos vegetales que ahuyentan los insectos, otros los atraen y otros pueden ser protegidos. ( En la tabla está todo bien explicado).
La asociación de cultivos implica el cultivo simultáneo de dos o más especies sobre la misma parcela, imitando la diversidad natural. Como resultado de las asociaciones obtenemos producciones de mayor cantidad y calidad que cultivando por separado las mismas especies en una superficie equivalente.
A continuación expongo las influencias que unas plantas ejercen sobre otras y en el medio cuando se cultivan en asociación:
Influyen en la actividad microbiológica del suelo
En la competencia por el agua y los elementos nutritivos
Pueden variar la situación de insolación o sombra
Como repelente o atrayente de animales, parásitos o depredadores
Pueden modificar el crecimiento de las plantas
De estas influencias recíprocas obtenemos diferentes beneficios:
Interacción favorable entre plantas, mejorando la calidad y variedad de las
producciones.
Mejor ocupación del espacio aéreo, mayor aprovechamiento de la energía luminosa
y mejora del microclima.
Mejor ocupación del espacio subterráneo mediante enraizamientos de diversos tipos
y con diferentes exigencias de agua y elementos nutritivos.
Mejor resistencia contra algunas plagas y enfermedades (repelen plagas y son
barreras físicas).
Abrigo para los insectos auxiliares.
Reducción de las “malas hierbas”
En el próximo capítulo les traeré la importancia de la luna en el huerto, para que, de acuerdo al calendario lunar podamos diagramar y empezar con la siembra de nuestros cultivos, de acuerdo a la planificación previa que hayamos hecho.