Siete simples cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de depresión

La ciencia cada vez más investiga los distintos factores preventivos asociados al bienestar. Los resultados demuestran que los hábitos saludables ayudan a prevenir este tipo de trastornos, más allá del factor genético tanto físico como mental.

La expresión “Mente sana en cuerpo sano”aún sigue vigente y Mens sana in corpore sano la ciencia la confirma en distintos trabajos que demuestran que la relación mente-cuerpo es inseparable.

Un estudio muestra que tener un estilo de vida saludable reduce el riesgo de depresión. Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Fudan, analizó una combinación de factores que incluyen el estilo de vida, la genética, la estructura cerebral y los sistemas inmunológicos y metabólicos para identificar los mecanismos subyacentes que podrían explicar esta asociación.

El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, explicó por ejemplo,  “que el tabaquismo causa enfermedades mentales y que fumar aumenta el riesgo de ser hospitalizado por una enfermedad mental en un 250 por ciento”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), dice que el 5 por ciento de los adultos padecen depresión y señala que “la depresión puede afectar a cualquiera. Quienes han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes tienen más probabilidades de sufrirla. Las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres”.

Los factores que influyen en la aparición de la depresión son complicados e incluyen tanto biológicos como de estilo de vida.

Los investigadores recurrieron al Biobanco del Reino Unido para comprender mejor la relación de estos factores y acudieron a una base de datos biomédica y un recurso de investigación que contiene información genética, de estilo de vida y de salud anónima de sus participantes.

Al examinar los datos obtenidos de casi 290.000 personas, de las cuales 13.000 tenían depresión el equipo pudo identificar siete factores de estilo de vida saludable relacionados con un menor riesgo de depresión. Entre ellos se destacan el consumo moderado de alcohol, una dieta saludable, la actividad física regular, un sueño saludable, nunca fumar, comportamiento sedentario bajo o moderado y la conexión social frecuente.

Entre estos factores, dormir bien (entre siete y nueve horas por noche) marcó la mayor diferencia, ya que redujo el riesgo de depresión en un 22%.

Sin embargo, el buen descanso tiene un enemigo: el hábito de fumar y la doctora Cecilia De Simone (MN 93554), médica especialista en Psiquiatría, del servicio de Psiquiatría del Hospital Italiano de Buenos Aires, magíster en Prevención y Asistencia de las Droga-dependencias e integrante del programa de Control de Tabaco Hospital Italiano, explicó que “el efecto estimulante de la nicotina puede interferir con el sueño. La persona que fuma tiene el doble de probabilidades de tener un descanso insuficiente, con menor calidad del sueño y mayor tiempo en iniciar el mismo”.

Otro factor es la conexión social frecuente, que en general redujo el riesgo de depresión en un 18%, fue la que más protegió contra el trastorno depresivo recurrente.

El consumo moderado de alcohol redujo el riesgo de depresión en un 11%, una dieta saludable en un 6%, la actividad física regular en un 14%, nunca fumar en un 20% y el comportamiento sedentario bajo a moderado en un 13%.

El ejercicio o actividad física promueve cambios en las conexiones neuronales y favorece la concentración de neurotransmisores beneficiosos que mejoran el ánimo, la confianza en uno mismo y la autoestima.

En cuanto a una dieta saludable, una investigación encontró que los omega-3 desempeñan un papel fundamental en la salud cerebral y pueden reducir el riesgo de depresión y otros trastornos del estado de ánimo. Estas grasas saludables se encuentran principalmente en pescados como el salmón, la caballa y las sardinas.

Otra investigación, encontró que las mujeres que consumían cinco o más porciones de nueces a la semana tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar depresión. Lo mismo arrojó un estudio realizado entre adultos mayores.

Todos sabemos que la depresión puede comenzar ya en la adolescencia o en la edad adulta temprana, por lo que es fundamental educar sobre la importancia de un estilo de vida saludable y su impacto en la salud mental.