Nació en Salta el 8 de febrero de 1785 y a lo largo de su carrera militar cumplió un rol fundamental tanto en las guerras civiles como en la Guerra Gaucha, que mantuvo al territorio argentino libre de invasiones realistas. Sin su resistencia no hubiera sido posible defender el norte de nuestro país .
Recordamos al “héroe gaucho”, como una figura imprescindible para la contención de las tropas españolas que le posibilitaron a San Martín encarar el cruce de los Andes y desarrollar con éxito la campaña libertadora.
¿Quién fue Martín de Güemes?
El proceso de independencia iniciado a comienzos de 1810 contó con importantes personalidades indispensables para que por fin, el 9 de julio de 1816, se declarara formalmente la independencia de nuestro país. Entre estas figuras aparece el general Martín de Güemes, militar que comenzó su carrera como cadete en las filas del 3º Batallón del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires y que terminó como gobernador de Salta y General en Jefe del Ejército de Observación, designado en este cargo por el general don José de San Martín.
Martín de Güemes nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Hasta sus catorce años repartió su vida entre los estudios primarios, sus tareas como cadete del 3º Batallón y la ayuda que prestaba a su padre en la Tesorería de la Real Hacienda, quien allí cumplía la función de Tesorero Ministro. En 1805 lo trasladan a Buenos Aires para incorporarse a las filas que combatían la invasión inglesa. Empezaba para Güemes una carrera y un desempeño militar que luego figurarían en las páginas de la historia argentina. Cumplió funciones y roles estratégicos en batallas y lugares cruciales como la Quebrada de Humahuaca, donde evitó la comunicación entre los realistas del Alto Perú y Córdoba; la batalla de Suipacha, la guerra de guerrillas —o guerra guacha, como también se la conoce— y en la defensa de la capital del Virreinato. Además, ocupó la gobernación de Salta entre 1815 y 1821.
Para Manuel Belgrano, José de San Martín, Pueyrredón y otros, Güemes comenzó a presentarse como una figura clave y versátil, capaz de ser encomendado a distintas misiones y roles. Belgrano lo envió, en 1812, a Santiago del Estero; San Martín, en 1814, le asignó el mando de las milicias salteñas y campesinas, en las que ejerció gran desempeño y logró el merito necesario para luego ser nombrado Teniente Coronel de Ejército; en 1815, fue elegido por el Cabildo de Salta gobernador de esa provincia; por su parte, Pueyrredón le encomendó, en 1816, la defensa de las provincias y la seguridad del Ejercito Auxiliar del Alto Perú. En 1817, tras vencer a José de la Serna, Güemes fue ascendido a Coronel Mayor por designación, nuevamente, de Pueyrredón. En 1820, San Martín lo solicita como auxiliar para la campaña de liberación del Perú y en 1821 Güemes decidió delegar su poder en la gobernación y dedicarse exclusivamente a organizar la Expedición para liberar el Alto Perú y auxiliar a San Martín. Para esta misión solicitó, sin éxito, que le enviaran armamento, municiones, dinero, alimentos.
Ante la negativa de sus pedidos y en medio de una situación conflictiva y de desamparo de poder y recursos, Güemes es depuesto de sus funciones como gobernador de Salta. Sin embargo, en esta provincia es aclamado por el pueblo, quien le otorga el poder de encabezar las filas para enfrentarse a las invasiones realistas de ese momento.
El 7 de junio de 1821, Güemes resultó herido en una emboscada realizada por tropas españolas y con la cual éstos sitiaron la provincia de Salta. Días después, ya agonizando y acompañado por sus soldados fieles y compañeros de batalla en sus últimas horas, Martín de Güemes ordenó al coronel Jorge Enrique Vidt que lo reemplazara y siguiera la lucha contra los españoles.
El 17 de junio de 1821, muere luego de varios días de sufrimiento y agonía. Actualmente, sus restos yacen en el panteón de Las Glorias del Norte, en la Catedral de Salta.