A LA PAPELERA!

Aca tenés mostramos 5 ideas fáciles para que empieces ¡ya mismo!

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Latas de con serva: Con un poco de pintura acrílica o en aerosol y un taladro podés con vertir cualquier lata de con serva en una práctica maceta para tus plantines. Otra buena idea es pintarlas de colores y tallarles dibujos con un martillo y un clavo para usarlas como portavelas.

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Al igual que los estuches de las lentes de con tacto, los maples de huevos también pueden ser una buena opción para ordenar todas esas cosas chiquitas que tenés dando vueltas por tu casa: aritos, anillos, clavos, ganchitos, monedas o, como en el caso de la foto, hilos, agujas y botones.

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Cualquier frasco de vidrio o plástico resistente puede volverse a utilizar una y otra vez para guardar azúcar, arroz, sal, harina o lo que se te ocurra, y si querés hacerlos más divertidos podés pintarles las tapas de colores o personalizarlos con pintura para vidrio. Si te animás, además, podés usarlos para servirles tragos a tus invitados la próxima vez que hagas una reunión en tu casa. ¡Quedan súper cancheros y son más resistentes que los vasos comunes!

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Los clásicos guantes de goma que usás para lavar los platos pueden con vertirse fácilmente, una vez rotos, en banditas elásticas. Lo mismo pasa con las medias de lycra que se te corren: ¡Los cortás del ancho que quieras y listo! Un dato extra: las banditas hechas con medias son ideales para atarte el pelo, ya que no lo rompen ni lo cortan.

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Si te gusta la jardinería sabés lo útiles que son las palitas, y ni hablar si en verano vas con tus hijos a la playa. Para eso, nada mejor que transformar un frasco de plástico vacío, como los de los productos de limpieza, en un objeto que podés usar como palita o cuchara vertedora.