Cada viernes por la tarde, el salón de la Asociación Civil Un Espacio Para Todos se llena de risas, colores, charlas y creatividad. Es que allí, Laura Espíndola lleva adelante el Taller de Arte, un espacio que trasciende la enseñanza de manualidades para convertirse en un verdadero refugio de encuentro y contención.
En una emotiva entrevista, Laura compartió cómo se vive cada jornada en el taller: “Nos reunimos todos los viernes para disfrutar, tomar unos mates, charlar y, sobre todo, compartir. Hacemos diferentes manualidades que vamos eligiendo entre todos”.
Uno de los proyectos actuales es la creación de una “casita para pajaritos”, una idea que surgió de los propios chicos y que entusiasmó a todos por igual.
Pero detrás de cada pincelada y cada conversación, hay también una historia de resiliencia. Laura compartió que estos encuentros significan mucho más que un taller: son parte de su proceso personal para sobrellevar el dolor por la reciente pérdida de su hijo Gaspar, hace seis meses.
El Taller de Arte se ha convertido así en un símbolo de la importancia del vínculo comunitario, de la sanación a través del hacer compartido, y del poder transformador del amor y la creatividad. Laura, con su calidez y fortaleza, es un ejemplo de cómo, incluso en medio del dolor, se puede encontrar luz en el arte y en el otro.
