Dormir un rato más y posponer la alarma garantiza un mejor despertar, según un nuevo estudio

Un estudio de investigación llevado a cabo en Suecia, estudió a personas que siguen durmiendo después de que suena el despertador. Y la pregunta es, ¿impacta en el sueño, la somnolencia, el estado de ánimo y las capacidades cognitivas?

Hay personas que se despiertan temprano por la mañana y se levantan con facilidad; mientras que otras les cuesta y postergan, más de una vez la alarma y se cree que esta actitud puede generar efectos negativos sobre el sueño y procesos cognitivos, pero, en realidad no existían pruebas que lo demostraran.

Científicos de Suecia pertenecientes al Departamento de Psicología de la Universidad de Estocolmo, comprobaron que, la postergación de la alarma para continuar dormitando (“botón de dormitar) puede favorecer el proceso de vigilia de las personas que los usan habitualmente, según publicaron en su trabajo en el Journal of Sleep Research.

Los resultados muestran que, en promedio, los que usan este “botón de dormitar”duermen un poco menos y se sienten más somnolientos por la mañana que los que nunca siguen dormitando después de que suena la primera alarma.

Pero no se observaron efectos negativos en las personas que postergan las alarmas en la liberación de cortisol(que es considerada la hormona del estrés), el cansancio por la mañana, el estado de ánimo o la calidad del sueño durante la noche, según aclaró Tina Sundelin, investigadora de la Universidad de Estocolmo y autora principal del trabajo.

En el primer estudio, 1.732 personas respondieron a preguntas sobre sus hábitos matutinos, incluida la frecuencia con que utilizaban la postergación de la alarma.

Muchos afirmaron que dormían después de la alarma y este comportamiento es especialmente común entre los adultos jóvenes y los noctámbulos. La razón más común para dormitar es sentirse demasiado cansado para salir de la cama cuando suena la alarma.

En un segundo estudio, 31 personas que habitualmente siguen durmiendo después de que suena el despertador pasaron dos noches en un laboratorio del sueño. Esa experimentación se hizo para medir su sueño con más detalle.

En una de las mañanas en el laboratorio se les permitió dormitar durante 30 minutos. En la otra tuvieron que levantarse justo cuando sonó la alarma. Los resultados son tranquilizadores para los que dormitan.

El sueño de los participantes se vio alterado durante la media hora que estuvieron durmiendo después de la alarma. Pero la mayoría siguió durmiendo bastante, más de 20 minutos. Esto significa que el sueño total de la noche apenas se vio afectado, de acuerdo con los investigadores.

El estudio demuestra que, en el grupo estudiado, dormir media hora después de que suena la alarma del despertador no tiene efectos negativos en el sueño.

Sundelin, sostuvo que, “es importante recordar que el estudio sólo incluyó a personas que suelen dormitar y a las que les resulta fácil volver a dormirse después de cada alarma. Lo más probable es que dormirse después de la alarma no sea para todo el mundo”.

Stella Valiensi, presidenta de la Asociación Argentina de Medicina del Sueñocomentó, “el estudio publicado en Journal of Sleep Research es muy interesante. Porque hay pocos trabajos sobre la inercia del sueño, que se podría definir como una pereza intelectual o una demora en recuperar el estado de alerta y la energía necesaria para encarar el día. Hicieron el estudio con polisomnografía”.

La especialista mencionó que el estudio tiene una limitación. “El segundo estudio -realizado con polisomnografía- se hizo solo con personas que siempre dilatan el momento de despertarse después de que suena la alarma y que logran conciliar el sueño nuevamente de forma rápida. Eso puede ser un sesgo -resaltó Valiensi-. Porque solo seleccionaron a personas que ya en su día a día dormían después de que suene la alarma y que se volvían a quedar dormidos sin dificultad. En ese grupo selecto de personas, el estudio encontró un mejor desempeño cognitivo después de esa media hora en la que se le permitía dormir. Quizá si el estudio se hiciera en una población mayor los resultados podrían ser diferentes”.

Y sostuvo que “es probable que la tendencia a seguir durmiendo después de que suene el despertador no sea para todos porque no todos lograrían volver a dormirse. En el estudio publicado no se evalúan los beneficios porque para eso deberían haber incluido a pacientes que tardan en conciliar el sueño o que no se vuelven a dormir directamente después de la alarma y compararlos”.

Por último, Valiensi dijo: “Aunque el trabajo no lo dice, en mi opinión, este tiempo de sueño después de que suena el despertador podría ser beneficioso para algunas personas, pero no para todas. Por ejemplo -señaló- podría no ser beneficioso para personas que tienen trastorno del sueño por pesadillas: el tiempo extra del sueño después de que suene el despertador, probablemente no les resulte reparador”.