“Se rocía con 500 millones de litros de agrotóxicos al año” alertan los organizadores de la protesta, y aseguran que el país “tiene el récord de ser el que más glifosato usa por persona en el mundo”.
Organizaciones sociales, ambientalistas y defensoras de los derechos humanos marcharon desde el Obelisco hasta la sede del Ministerio de Salud. La protesta «es una denuncia global contra el modelo agroindustrial, los transgénicos y el uso de agrotóxicos que atenta contra la salud socioambiental y la soberanía alimentaria», aclararon los organizadores.
Hace diez años que se realiza la Marcha Mundial contra Bayer-Monsanto en muchas ciudades del mundo, a excepción de los dos años de pandemia. La primera fue en el 2013 convocada en 300 ciudades en 40 países de todo el mundo.
En Argentina “se rocía con 500 millones de litros de agrotóxicos al año” alertan los organizadores de la protesta, y aseguran que nuestro país “tiene el récord de ser el que más glifosato usa por persona en el mundo”.
Con la consigna central «¡No al trigo transgénico HB4! ¡Paren de fumigarnos!», aseguran que «los alimentos transgénicos no alimentan al mundo» y que «la mayor cantidad de tierras cultivadas con soja y maíz transgénico son destinadas a alimentar ganado de granjas y chacras industriales, con una producción cuyo destino es la exportación».
Afirman además que «los pueblos fumigados son las primeras víctimas de este modelo de muerte, pero también quienes habitan en las grandes ciudades tienen en su sangre estos agrotóxicos como lo demuestran los análisis de laboratorio”. Sostienen que los agrotóxicos viajan por todos los cuerpos de agua superficiales y subterráneos y se encuentran presentes en los alimentos.
«El agronegocio hoy es política de Estado. Y desde las comunidades organizadas de todo el país, vecinos, pueblos originarios, abogados y ambientalistas denunciamos la represión a quienes se defienden de este modelo ecocida», denuncian las organizaciones, que destacaron como inspirador el caso de Malvinas Argentinas en Córdoba, que «dio su lucha y logró evitar la instalación de una fábrica de Monsanto».
Fuente: Bioguia