La Administración Pública Nacional presentó su ejecución presupuestaria correspondiente a los primeros once meses de 2025, revelando una contracción real del gasto del -32% interanual respecto a 2023. El informe confirma un ajuste generalizado que impacta de manera directa en sectores sensibles como salud, educación, desarrollo social, ciencia, producción y obra pública.

En contraste con esta tendencia, la Secretaría de Inteligencia del Estado —dependiente de Presidencia de la Nación— exhibe un incremento del 26% en su ejecución, constituyéndose como una de las pocas áreas con crecimiento dentro del presupuesto nacional. Los Servicios de Deuda Pública, por su parte, mantienen un peso significativo al representar el 9% del gasto total.
Salud: recortes profundos en organismos clave
La mayoría de las dependencias sanitarias registran caídas pronunciadas. La Superintendencia de Servicios de Salud muestra un desplome del 72%, mientras que los hospitales nacionales presentan ajustes que van del 30% al 42%. El Instituto Malbrán (-24%), la ANMAT (-28%) y el Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte (-41%) también sufren fuertes reducciones. La excepción es el INCUCAI, que exhibe un incremento del 28% en su ejecución.
Los programas sanitarios más críticos se encuentran prácticamente paralizados: Atención Sanitaria en el Territorio y Prevención de Enfermedades Crónicas no Transmisibles registra una ejecución nula (-100%), mientras que las acciones de prevención de patologías específicas (-88%) y enfermedades endémicas (-73%) también muestran recortes severos. La respuesta al VIH, hepatitis, tuberculosis y lepra cae un 13%. El único indicador positivo es el programa de Acceso a Medicamentos y Tecnología Médica (+25%).
Educación: programas esenciales sin ejecución
La situación educativa refleja uno de los escenarios más críticos del informe. Programas estratégicos como Conectar Igualdad y el Fondo Nacional de Incentivo Docente presentan una caída del 100%. Asimismo, Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles (-89%), Becas y Gestión Estudiantil (-78%), Acciones de Formación Docente (-78%), Infraestructura y Equipamiento (-51%) y Desarrollo de la Educación Superior (-30%) evidencian retrocesos significativos.
Ciencia y tecnología: recortes generalizados
El sector científico enfrenta reducciones en todos sus organismos. El Programa de Promoción de la Investigación e Innovación muestra una caída del 83%, mientras que CONAE, CONICET, el Servicio Geológico Minero Argentino y el Servicio Meteorológico Nacional presentan descensos del 32% al 36%. También se registran disminuciones en la Fundación Miguel Lillo (-27%) y en la CONEAU (-15%).
Desarrollo social y seguridad social: fuerte ajuste en programas comunitarios
Organismos centrales como ANSES reflejan una caída del 12%. La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y el INAES registran recortes del 72%. En Desarrollo Social, programas como Economía Social y el Plan Nacional de Protección Social muestran una caída del 100%, mientras que el Apoyo al Plan de Primera Infancia (-90%) y Comedores Comunitarios y Merenderos (-64%) también se ven fuertemente afectados.
Producción, energía y fuerzas de seguridad: disminuciones en toda la estructura
En el área productiva, la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo registra un recorte del 78%, mientras que el INTA cae un 39% y el INTI un 43%. Los organismos vinculados a la energía también presentan ajustes: la Comisión Nacional de Energía Atómica (-42%), la Autoridad Regulatoria Nuclear (-7,5%), el ENRE (-20%) y el ENARGAS (-30%).
Las fuerzas federales y las Fuerzas Armadas acompañan esta tendencia: Policía Federal (-31%), Gendarmería (-29%), Prefectura Naval (-28%), Ejército (-19%), Armada (-20%) y Fuerza Aérea (-22%).
Transporte, obra pública y financiamiento a provincias: actividades casi paralizadas
Los recortes más severos se concentran en la obra pública y el transporte, con caídas de entre el 74% y el 100%. Entre los programas más afectados figuran Infraestructura en Municipios (-100%), Rutas Nuevas y Obras de Pavimentación (-98,5%), Construcción de Túneles y Puentes (-94,9%), Obras Viales fuera de la Red Nacional (-95,2%), Desarrollo de Obra Pública (-93,3%) y obras en la Cuenca Matanza–Riachuelo (-92,2%). Las Rutas Seguras retroceden un 87,4%, y la Consolidación Urbana y Mejoramiento de Barrios, un 74,4%.
Las transferencias del Tesoro Nacional también evidencian una fuerte contracción: Asistencia Financiera y Técnica a Municipios (-98%), Fondo de Fortalecimiento Fiscal a la Provincia de Buenos Aires (-100%) y otras asistencias a provincias y municipios (-100%). Las transferencias a entes de Obras Públicas caen un 93% y a la Secretaría de Energía un 80%.
Un escenario de alta preocupación para la continuidad de políticas públicas
En síntesis, la ejecución presupuestaria de 2025 muestra un ajuste generalizado en la Administración Pública Nacional, con recortes sustanciales en áreas fundamentales para el desarrollo social, educativo, productivo y territorial. Mientras el gasto en inteligencia aumenta, diversos programas esenciales quedan paralizados o con niveles mínimos de ejecución, lo que configura un panorama de incertidumbre respecto al sostenimiento de políticas públicas clave en un contexto económico complejo.





