Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y el Centro de Investigación Biomédica en Red, Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) del Instituto de Salud Carlos III, en España, comparó los efectosde ejercitarse por la mañana y por la tardeteniendo en cuenta la salud cardiovascular.
Claudia Lescano, Profesora de Educación física explicó: “siempre es recomendado empezar de manera progresiva, de lo más simple a lo más complejo y evaluando siempre que sea acorde a la condición física. ¿Cómo evaluar esto? Si me propongo hacer determinada cantidad de repeticiones de un ejercicio y pueden ser completadas sin dificultad, entonces son acordes a la condición actual”
Estar en movimiento siempre es bueno porque mejora la musculatura esquelética, la perdida de grasa, la activación hormonal y el descansa, la actividad física, también aporta beneficios en la recuperación y la optimización del sueño, entre otros.
Luego de analizar distintas investigaciones los autores manifestaron que: “en general, no encontramos influencia de la hora del día sobre el efecto agudo del ejercicio sobre la presión arterial ni sobre la glucosa en sangre”.
Por un lado, Raquel Sevilla Lorente, una de las autoras del estudio, indicó: “el ejercicio tiene un efecto reductor de la presión arterial a corto plazo tanto en la mañana como en la tarde. También causa un aumento de la glucosa en sangre independientemente de la hora del día. Este aumento inmediato parece ser mayor por la mañana cuando se trata de personas con diabetes mellitus (ejercitarse a esta hora podría ser menos recomendable para ellas), aunque no se pudo confirmar esto estadísticamente”.
Por otro lado, detalló: “la literatura disponible nos proporciona resultados preliminares y deja preguntas abiertas para futuros estudios. Por ejemplo, no hay suficiente evidencia para definir el efecto inmediato sobre los lípidos en sangre. Tampoco se conoce qué papel juegan el sexo o el cronotipo (diferencias individuales en los ciclos de sueño-vigilia), características que parecen afectar a esta pregunta de forma importante”.
Gonzalo Pérez, médico cardiólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) se expresó sobre la intensidad del ejercicio físico física y sus beneficios para la salud cardiovascular y dijo: mientras mayor sea la cantidad de actividad física, superior será el beneficio para nuestro corazón y arterias. Sin embargo, se ha observado que, a medida que se incrementa la duración e intensidad, el beneficio comienza a ser menor. Aquellas personas, con alto nivel de entrenamiento (duración y/o intensidad) presentan signos en el corazón que denominamos ‘mal adaptativos’, como agrandamiento del músculo, pero estos signos no se han traducido en mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares”.
La investigación estadounidense basada en encontrar la hora ideal para aprovechar al máximo el entrenamiento diario, tomó durante 12 semanas a 27 mujeres y 20 hombres quienes participaron de un programa de dieta y entrenamiento.
El programa implico cuatro días de ejercicios, entrenamiento de resistencia, más tres días de descanso por lo general miércoles, sábado y domingo. Un grupo realizó la actividad física durante una hora por la mañana y el otro completó su rutina antes de la cena. Es decir, que la única diferencia entre los grupos fue el momento del día en realizar los ejercicios físicos.
Finalmente, la evaluación luego de 12 semanas, indicaron que factores como las hormonas, los ciclos de sueño y otras diferencias biológicas, pueden afectar los resultados obtenidos por el entrenamiento.
Todos quienes participaron de la experiencia mostraron mejoras significativas en su estado físico y salud en general; los resultados entre los ejercicios matutinos y vespertinos fueron distintos, especialmente en las mujeres, Por ejemplo, quienes hacían ejercicio por la mañana quemaron un 7% más de grasa abdominal y redujeron su presión arterial con respectos aquellas que ejercitaban por la noche. Mientras que, las mujeres que hacían actividad física por la noche tuvieron su ganancia en el estado de ánimo, los antojos de comida y ganaron fuerzas en la parte superior del cuerpo, la potencia muscular y la resistencia mejoraron en un 20% y un 15%.
Según esta experiencia, la actividad física nocturna llevó a una presión arterial ligeramente más baja y a una mayor oxidación de grasas en comparación con el matutino. Y el entrenamiento durante la noche también mejoró la fatiga en un 55%.
El fisiólogo y uno de los autores del trabajo, Paul Arciero destacó: “Según nuestros hallazgos, las mujeres interesadas en reducir la grasa abdominal y la presión arterial, al mismo tiempo que aumentar la potencia muscular de las piernas, deberían considerar hacer ejercicio por la mañana”.
Por último, el filósofo expresó: “sin embargo, las interesadas en ganar fuerza, potencia y resistencia muscular en la parte superior del cuerpo, además de mejorar el estado de ánimo general y la ingesta de alimentos, el ejercicio nocturno es la opción preferida. Y planteó: “Por el contrario, el ejercicio nocturno es ideal para los hombres interesados en mejorar la salud cardíaca y metabólica, así como el bienestar emocional”.