¿A partir de qué edad hay que hacerse una colonoscopia?
Si es detectada a tiempo, el cáncer de colon es una enfermedad altamente prevenible y tratable. Esta prevesión y diagnóstico se logra a través de estudios de rutina como la colonoscopía y el análisis de sangre oculta en materia fecal.
Este tipo de carcinoma puede ser totalmente asintomático hasta estadíos avanzados. Pero si es detectado en etapas tempranas, presenta un 90% de posibilidades de cura por lo que la consigna más importante es trabajar en la prevención.
Los especialistas afirmaron que es uno de los tipos de tumores más fáciles de prevenir mediante estudios específicos de rutina y que en la actualidad ocupa el segundo lugar en incidencia en cáncer en nuestro país, con 15.895 nuevos casos por año, lo que representa en promedio casi 2 nuevos casos cada día, y solo es superado por el cáncer de mama. También es el segundo en mortalidad, con 7.323 decesos, solo precedido por el cáncer de pulmón.
La videocolonoscopía junto con análisis de rutina y test de sangre oculta en materia fecal es un estudio clave para detectar cualquier anomalía que pueda derivar en un tumor. Pero siempre nos preguntamos a qué edad hay que comenzar a hacerla. Teniendo en cuenta las estadísticas de los últimos años se registraron casos en personas jóvenes, menores de 50 años, lo que obligó a los médicos a replantear la edad de comienzo para realizar el estudio.
La videoconoloscopía se aconsejaba que se realice a partir de los 50 años, pero como el cáncer de colon está siendo detectado cada vez más a edades tempranas, los médicos gastroenterólogos aconsejan, hoy, realizarlas a partir de los 45 años, cada 5 años en hombres y en mujeres. Y en pacientes con antecedentes en familiares directos, aconsejan hacerlo a partir de los 35 años.
Algunos de los factores de riesgo de la enfermedad son sobrepeso, obesidad, sedentarismo y el exceso de alimentos con grasa. Además, las mujeres que padecieron un cáncer ginecológico de útero o mama tienen mayor predisposición a desarrollarlo.
Algunas de las recomendaciones para disminuir el riesgo incluyen una alimentación balanceada, poco o nada de alcohol, no fumar, actividad física según las posibilidades de cada persona y consultas periódicas con el médico.
Cabe destacar que los síntomas aparecen cuando la enfermedad está avanzada, por eso es importante no llegar a tenerlos y llevar adelante una rutina de prevención y detección temprana. En la actualidad existen numerosas alternativas terapéuticas con muy buenos resultados, aún en estadios avanzados. Entre ellas se encuentra la combinación de quimioterapia, terapias dirigidas contra blancos moleculares específicos, como anticuerpos monoclonales, y, en casos seleccionados, la cirugía y la inmunoterapia.