El argentino Pablo Imhoff, más conocido en redes como Pablito Viajero, cumplió el sueño que lo acompañó durante más de cinco años: unir Ushuaia con Alaska en su inseparable Honda C90 EconoPower, una moto de baja cilindrada modelo 1992 apodada con cariño “Econo”. El 14 de julio de 2025, tras recorrer más de 50 mil kilómetros por 15 países, Pablito llegó a la mítica señal de “Welcome to Alaska”, marcando el final de su proyecto más ambicioso: unir el sur y el norte del continente americano.
El viaje no fue fácil. Imhoff enfrentó todo tipo de adversidades: desde una pandemia que lo dejó varado un año entero en Ushuaia, hasta la pérdida de su padre mientras atravesaba Colombia. A eso se sumaron desperfectos mecánicos severos, problemas fronterizos como el cruce del Tapón del Darién o el ingreso negado a Nicaragua, y hasta interrogatorios confusos por parte de agentes de aduana en Estados Unidos. Aun así, nunca dejó de avanzar.
La llegada a Alaska no estuvo exenta de obstáculos: un pinchazo en la localidad de Toc, precios excesivos por reparaciones simples y dificultades para encontrar alojamiento fueron parte de las últimas páginas de esta historia, que ya se inscribe entre las más increíbles del motociclismo latinoamericano. La Econo, que soportó ripio, nieve, calor, humedad y caminos inhóspitos, se convirtió no solo en un medio de transporte, sino en símbolo de constancia y simplicidad.
Pablo, que dejó su trabajo como óptico contactólogo en Rosario a los 27 años para perseguir su sueño, convirtió este viaje en un estilo de vida. Documentó cada etapa a través de su canal de YouTube, que ya supera los 1.5 millones de suscriptores, inspirando a miles de personas con sus historias, su sencillez y su capacidad para transformar cada problema en una experiencia humana. “Cada vez que quise abandonar, apareció alguien o algo que me recordó por qué empecé”, asegura.
Ahora, desde Delta Junction, donde finaliza la Alaska Highway, Pablo se prepara para una nueva meta: llegar a Prudhoe Bay, el punto más al norte accesible por ruta, recorriendo la exigente Dalton Highway. Cansado pero fortalecido, Pablito Viajero sigue adelante, convencido de que la ruta no es solo un camino, sino una forma de vivir.
