
En los últimos años, la ciencia ha puesto la mirada en un protagonista silencioso dentro de nuestras células: el circuito AMPK (AMP-activated protein kinase), una enzima clave que regula la energía y el metabolismo del cuerpo, y que podría convertirse en una poderosa herramienta en la lucha contra el cáncer.
El AMPK funciona como un “sensor de energía” celular. Cuando detecta que falta combustible —por ejemplo, durante el ejercicio, el ayuno o el estrés celular— se activa para restaurar el equilibrio energético. Lo hace estimulando procesos que generan energía y frenando los que la consumen, ayudando a que las células mantengan su funcionamiento saludable.
Pero su importancia va mucho más allá: diversos estudios demostraron que cuando el AMPK se activa, bloquea rutas metabólicas que los tumores utilizan para crecer rápidamente, como la conocida vía mTOR, además de reducir la inflamación y favorecer la eliminación de componentes dañados mediante un proceso llamado autofagia. En conjunto, estas acciones dificultan la supervivencia de las células cancerígenas y refuerzan las defensas naturales del organismo.
Científicos de todo el mundo investigan cómo potenciar esta vía de manera natural y farmacológica. Se sabe que el ejercicio físico regular, la restricción calórica, el ayuno intermitente, una alimentación equilibrada y ciertos compuestos naturales como el resveratrol, la berberina o el té verde estimulan la actividad del AMPK. Incluso medicamentos como la metformina, utilizada en el tratamiento de la diabetes tipo 2, han mostrado efectos prometedores al activar este circuito protector.
El descubrimiento del papel del AMPK marca un paso importante hacia una visión más integral de la salud: entender cómo el metabolismo celular puede convertirse en un aliado poderoso contra el cáncer y otras enfermedades crónicas.
Un recordatorio más de que cuidar nuestro cuerpo y mantener hábitos saludables puede ser también una forma de fortalecer nuestras defensas desde adentro.