El hemisferio norte está alterando la Corriente del Golfo, lo que podría conducir a Europa, América del Norte y Asia a un congelamiento

Un grupo de científicos alertó que el derretimiento del hielo en el hemisferio norte está alterando la Corriente del Golfo, lo que podría conducir a Europa, América del Norte y Asia a un congelamiento en 2025.

El derretimiento de los glaciares podría cerrar la Corriente del Golfo, el sistema de corrientes que trae calor al hemisferio norte, expresaron investigadores de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos.

La Corriente del Golfo es parte de un sistema de corrientes mucho más amplio, llamado Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico cuya función es transportar agua caliente cerca de la superficie del océano hacia el norte, desde los trópicos hasta el hemisferio norte.

Cuando el agua cálida llega al Atlántico norte, libera calor y se congela. A medida que se forma este hielo, la sal queda en el agua del océano y debido a la gran cantidad de sal en el agua, se vuelve más densa, se hunde y es transportada hacia el sur en las profundidades.

Por último, el agua regresa a la superficie y se calienta en un proceso llamado afloramiento, completando el ciclo, explica el estudio publicado en la revista Science Advances.

CC 109 Corrientes Marinas. Dominical 19 de septiembre de 2021

Los científicos creen que la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico aporta suficiente calor al hemisferio norte como para que, sin él, gran parte de América del Norte, Europa y Asia podrían congelarse. 

Los investigadores explicaron que sin esta fuente de calor adicional, las temperaturas medias podrían bajar varios grados en América del Norte, partes de Asia y Europa, y la gente vería “consecuencias graves”.

Se estima que el último cierre total de la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico se produjo al final de la última Edad de Hielo, hace unos 12.000 años, cuando las temperaturas en Europa occidental se desplomaron hasta 10°C.

Los científicos esperan un evento de congelamiento del hemisferio norte, René van Westen, climatólogo y oceanógrafo de la Universidad de Utrecht aseguró “nos dirigimos hacia un punto de inflexión”.

Según van Westen, con respecto a cuándo puede ocurrir una catástrofe climática global expresó: “Desafortunadamente no podemos responder [a eso] en este momento. También depende del ritmo de cambio climático que estemos provocando como humanidad”. 

Los últimos informes climáticos, las temperaturas de la superficie del mar también están batiendo récords, lo que podría acelerar el calentamiento de la Corriente del Golfo, anticiparon los investigadores. 

Los océanos cubren el 70 por ciento del planeta y mantienen la superficie de la Tierra habitable al absorber el 90 por ciento del exceso de calor producido por la contaminación de carbono procedente de la actividad humana desde la era industrial. 

Océanos más calientes significan más humedad en la atmósfera, lo que lleva a un clima cada vez más errático, como vientos feroces y lluvias poderosas.

Los investigadores de la Universidad de Utrecht diseñaron una simulación por ordenador en la que pudieron medir un repentino debilitamiento de la circulación oceánica. Según los resultados, el clima del hemisferio norte se enfriará aproximadamente 1°C por década, y algunas regiones incluso experimentarán un enfriamiento de más de 3°C por década.

“La investigación demuestra de manera convincente que Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico se está acercando a un punto de inflexión basado en un indicador de alerta temprana robusto y de base física”, afirmó Tim Lenton, presidente de cambio climático de la Universidad de Exeter, que no participó en el estudio. 

“Lo que no puede decir es qué tan cerca está el punto de inflexión, porque demuestra que no hay datos suficientes para hacer una estimación estadísticamente confiable de ese punto”. 

Si la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico colapsara, el impacto sería devastador, decía el estudio, publicado a mediados de 2023. Europa se vería sumergida en un profundo congelamiento, mientras que la mayor parte de África, el Caribe y países sudamericanos como Colombia, Perú y Bolivia experimentarían temperaturas vertiginosas.

El profesor Peter Ditlevsen, del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague anticipó que “si bien el enfriamiento de Europa puede parecer menos grave a medida que el planeta en su conjunto se calienta y las olas de calor se producen con mayor frecuencia, este cierre contribuirá a un mayor calentamiento de los trópicos, donde el aumento de las temperaturas ya dio lugar a condiciones de vida difíciles”.

 El mundo lleva 12 meses con un nivel de calentamiento superior a 1,5°C. Tormentas, sequías e incendios azotan el planeta a medida que el cambio climático, intensificado por el fenómeno meteorológico natural de El Niño, avivó un calentamiento récord en 2023. 

Entre febrero de 2023 y enero de 2024 se produjo un calentamiento de 1,52 grados Celsius, informó el Servicio de Cambio Climático Copernicus y subraya la urgente necesidad de reducir las emisiones que calientan el planeta. 

El panel climático IPCC de la ONU ya había advertido que el mundo probablemente alcanzará los 1,5°C a principios de la década de 2030. 

Las emisiones que calientan el planeta, principalmente provenientes de la quema de combustibles fósiles, han aumentado en los últimos años, incluso cuando los científicos dicen que deben reducirse casi a la mitad en esta década.

Samantha Burgess, subdirectora del Servicio de Cambio Climático Copernicus afirmó que “la única manera de detener el aumento de las temperaturas globales es reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero”. 

Tim Lenton, científico del sistema terrestre de la Universidad de Exeter, dijo que las temperaturas están aumentando más de lo que esperaría debido a que El Niño amplifica el calentamiento global subyacente.   

Copernicus dijo que enero fue el octavo mes consecutivo con récords, con temperaturas 1,66°C más cálidas en general que el promedio de enero para el período de referencia 1850-1900. 

Aunque algunas partes del mundo experimentaron un enero inusualmente húmedo, zonas de América del Norte, el Cuerno de África y la Península Arábiga experimentaron condiciones más secas.