Hoy, 20 de marzo, marca el inicio del otoño en el hemisferio sur, un cambio de estación determinado por el equinoccio. A las 06:01 (hora de Argentina), el Sol se posicionó directamente sobre el Ecuador, haciendo que el día y la noche tengan la misma duración en todo el mundo. Este fenómeno astronómico se debe a la inclinación del eje terrestre y su traslación alrededor del Sol, lo que genera la variación de las estaciones.



Para cada país del hemisferio sur, el horario exacto del equinoccio varía según la zona horaria. Sin embargo, el efecto es el mismo: el día y la noche se equilibran y, a partir de este momento, las jornadas comenzarán a acortarse progresivamente hasta el solsticio de invierno en junio.
En las regiones templadas, el otoño trae consigo una transición notable en la naturaleza. Las hojas de los árboles caducos cambian de color y comienzan a caer, los animales modifican sus comportamientos en preparación para el invierno y la temperatura se vuelve más fresca. Mientras tanto, en las zonas tropicales, donde las temperaturas son más estables a lo largo del año, se distinguen dos estaciones principales: la húmeda y la seca, sin un otoño definido como en otras latitudes.
Además de marcar un hito en el calendario astronómico, el equinoccio de otoño tiene una importancia cultural y simbólica en muchas sociedades, que lo asocian con la cosecha, la reflexión y el cambio cíclico de la vida. Este fenómeno, registrado y estudiado desde la antigüedad, sigue siendo un recordatorio de la conexión entre la Tierra y el cosmos.





