Discípulo de Paulo Freire, Orlando “Nano” Balbo fue secuestrado el 24 de marzo de 1976. Quedó sordo a causa de las torturas. Logró exiliarse en Roma, gracias a monseñor Jaime de Nevares. De regreso al país, se dedicó a la educación de adultos en una comunidad mapuche. Fue el primer testigo en declarar en Neuquén en el juicio contra represores por la causa denominada “La Escuelita”. Para que se haga justicia y para evitar que el olvido se instale en la sociedad.
Escuchá la columna de César Oitana y conocé la vida de esta gran persona de la educación y militancia.