La mente depende tanto del cerebro como del cuerpo entero. Por eso corregir la postura va a ayudar a mejorar la memoria.
A través de un estudio de la Universidad de Washintong señaló que las áreas del cerebro que manejan el movimiento se conectan a redes que controlan funciones corporales involuntarias como es el caso de la presión arterial o de los latidos del corazón.
Es decir que la neurociencia estudia el cerebro en relación con el resto de órganos.
Nazareth Castellanos autor del libro Neurociencia del Cuerpo, explica que los diferentes factores corporales son determinantes en el cerebro e impactan sobre las neuronas. Es por esta razón que la memoria, la atención, el estado de ánimo o las emociones dependen de la postura corporal, los gestos faciales, del estómago o la respiración.
Por lo cual, si conocemos nuestro cuerpo, vamos a poder distinguir nuestras emociones, y si sabemos cómo reacciona nuestro cuerpo vamos a poder distinguir qué hacer.