
En el año 2017 Claudio Perusini sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo. Los diagnósticos indicaban que podía permanecer así el resto de su vida o morir. Para los médicos, no existía una tercera posibilidad.
En ese proceso el obispo José Giovando, quien había sido su compañero de secundario, se enteró de lo sucedido y no dudó en viajar de Buenos Aires a Santa Fe. Una vez a su lado el cura rezó durante horas a Mamá Antula, antes de ese momento ni Claudio ni su mujer sabían quién era la religiosa.
María Laura, esposa de Perusini, contó que “a partir de allí, junto con el Rosario le pedimos a Mama Antula el milagro de que Claudio no se muera. Dios a través de ella nos hizo el regalo de recuperarlo con todo: con su chinche, su forma de hablar, caminar y pensamiento. Todo, absolutamente todo”.
Claudio ingresó al Hospital José María Cullen, el 25 de julio de 2017, durante la primera semana de agosto paso a terapia intermedia. Luego, fue evaluado y trasladado al hospital Vera y Candioti.
Y, de forma repentina, la condición de Claudio se revirtió, recuperando todas sus funciones vitales. Esta asombrosa recuperación, sin una explicación médica plausible, fue considerada como un posible milagro. Ese fue el puntapié para que toda la familia y el círculo de Claudio comenzara a profesar su devoción a la hoy santa. Por lo cual, la esposa manifestó: “cuando se tiene fe, hay cosas que no se pueden explicar”.

Desde ese momento, la estampita que Giovando depositó en la habitación de Claudio estuvo presente en su proceso de recuperación. En la actualidad está cargada en el teléfono de María Laura, entre el protector y el dispositivo, acompaña a la pareja en todo momento y a todos lados.
María Laura detalló que “la verdadera protagonista es Mama Antula”, y aclaró que la santificación es un proceso largo y exigente que lleva adelante la Iglesia, en donde se recogen documentos, estudios médicos, testimonios que luego son evaluados por expertos.
La esposa, además, agregó que “no es algo fortuito ni que se da de un día para el otro”, aseguro al mismo tiempo que recalco la labor de la religiosa en el 1.700. “Yo la descubrí por mi esposo, pero es una mujer con todas las palabras por su compromiso con la gente”.
Por su parte, Claudio sostuvo tras su nuevo estilo de vida que adoptó luego de sufrir el ACV “uno se ha acostumbrado a vivir la diaria. Todas las noches me despido, tengo todo arreglado, las cuentas anotadas. Al día siguiente agradezco que estoy vivo”, enumeró el hombre que hoy valora todo lo que se presenta a su camino.
Paserini contó sobre su vínculo con el Papa Francisco durante su estadía en el noviciado de la Inmaculada. “Yo me uní a la compañía de Jesús, él fue mi director espiritual y vivimos juntos. Hemos compartido muchas cosas, él me decía. “Ándate, no servís para esto. No vas a ser cura, déjate de joder acá”.
Claudio permaneció en el noviciado durante diez años, tiempo que compartió con el actual Papa de la Iglesia Católica. Y en la actualidad mantiene una relación esporádica en la que intercambian mensajes “muy de vez en cuando”.
El proceso de la investigación comenzó el 13 de abril de 2018, en Santa Fe, monseñor Arancedo les tomó juramento a las personas designadas para llevar adelante la investigación canónica de esta curación y el 18 de diciembre se cerró el proceso con una misa de Acción de Gracias. Los sobres lacrados con los documentos del supuesto milagro fueron enviados a Roma para la evaluación de la Junta Médica y de la Comisión para las Causas de los Santos.
El Papa Francisco, que es el encargado de dar el veredicto final, fue una figura indispensable en todo este proceso. Es quien puede hacer santa a la mujer que rezó y trabajó para que el legado jesuita no muriera. Mama Antula pedía constantemente el regreso de la Compañía de Jesús. Y la orden resplandeció con su máximo brillo con la elección del primer papa jesuita de la historia.
María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, será canonizada por el Papa Francisco a inicios de 2024, convirtiéndose así en la primera santa argentina.
María Antonia nació en 1730 en Santiago del Estero, Argentina, fue una mujer devota que dedicó su vida a las obras espirituales y sociales. Se trasladó a Buenos Aires, donde fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, un espacio dedicado a la reflexión y el desarrollo espiritual. Falleció el 7 de marzo de 1799 y sus restos descansan en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad en Buenos Aires.
En 2016, Mama Antula fue beatificada en la provincia de Santiago del Estero, después de que el Papa autorizara la publicación de un milagro relacionado con la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador en el año 1900, atribuido a su intercesión. La canonización fue confirmada tras la aprobación de otro milagro atribuido a Mama Antula, y la ceremonia de canonización está prevista para realizarse en la Plaza San Pedro en el Vaticano a inicios de 2024.
Es reconocida por su vida de sacrificio y dedicación a los demás, incluso renunciando a una vida acomodada para vivir en la pobreza. Su legado es especialmente valorado en Santiago del Estero, su lugar de nacimiento, y en Buenos Aires, donde llevó a cabo una parte importante de su obra espiritual y social.