
El Papa Francisco volvió a animar el debate por la crisis climática global con la publicación esta semana del Laudate Deum. Luego de la publicación en 2015 del Laudato Si, la gran encíclica ecológica del mandamás de la iglesia católica en la que llama a cuidar la “casa común”, la Tierra,
La publicación se trata de un texto que completa el anterior en el que advierte que la humanidad “no está reaccionando lo suficiente” ante la crisis climática.
La nueva exhortación de Francisco fue publicada este miércoles 4 de octubre, fecha que coincide con la fiesta de San Francisco de Asís, el monje italiano que en el año 1224 les escribió a los pájaros y a los árboles su “Cántico a las criaturas” y que comenzó a escribir la página de la defensa de la “casa común”.
Con el nuevo texto, el Papa busca completar las ideas expuestas en 2015 sobre ecología integral, al tiempo que alerta sobre la urgencia de actuar para limitar el cambio climático “antes de que sea demasiado tarde”.
Francisco escribe: “Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”.
Y agregó: “es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial y sus efectos son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo”.
El primer capítulo está destinado al negacionismo sobre la situación de la crisis climática y apunta directamente contra aquellos que niegan su existencia, con ejemplos como los expresidentes de Estados Unidos y de Brasil Donald Trump y Jair Bolsonaro, o el actual candidato a presidente de Argentina Javier Milei.
El Papa explica: “Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”, y destaca que en los últimos años “hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra, una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos”.
El líder de la Iglesia Católica afirma: “Es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos”, y recuerda que si el aumento de la temperatura global supera los 2 grados respecto a niveles preindustriales “se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos”.
“Lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación para constatarlo. Probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos”.
El mandamás del catolicismo a nivel mundial en unos de sus argumentos habla sobre la responsabilidad humana y afirma: “Ya no se puede dudar del origen humano del cambio climático. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se mantuvo estable hasta el siglo XIX, mientras que en los últimos cincuenta años el aumento se aceleró notablemente”.
Por último, Francisco expresa: “la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda. Ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza”.