Santa Fe analiza restringir el uso del celular en las escuelas: una medida que busca recuperar la atención y el pensamiento crítico en las aulas

El Gobierno de la provincia de Santa Fe evalúa implementar una normativa que limite o prohíba el uso de teléfonos celulares en escuelas primarias, secundarias y terciarias. La iniciativa surge ante la creciente preocupación de docentes y especialistas por el impacto negativo que el uso excesivo de los dispositivos tiene en la concentración, el aprendizaje y la interacción social de los estudiantes.

Desde el Ministerio de Educación provincial indicaron que el objetivo no es “demonizar la tecnología”, sino reordenar su uso dentro del ámbito educativo, priorizando los espacios donde los alumnos puedan desarrollar habilidades cognitivas, pensamiento propio y creatividad sin la constante distracción que generan las pantallas.

Diversos estudios neurocientíficos han demostrado que el uso frecuente del celular afecta la capacidad de atención sostenida, la memoria a corto plazo y la autorregulación emocional. En edades tempranas, además, puede interferir en el desarrollo del lenguaje, la comprensión lectora y la capacidad de resolver problemas complejos.

En este contexto, la medida busca favorecer el ejercicio del pensamiento crítico y el fortalecimiento del cerebro como órgano de aprendizaje activo, promoviendo clases más participativas, con intercambio real entre docentes y alumnos, y actividades que estimulen la reflexión, la argumentación y la curiosidad intelectual.

Educadores de distintos niveles coinciden en que recuperar el diálogo, la lectura, la escritura y la observación directa del entorno es fundamental para que los jóvenes aprendan a pensar por sí mismos. “El desafío no es solo enseñar contenidos, sino formar mentes que puedan razonar, analizar y crear”, señalan.

De avanzar la propuesta, Santa Fe se sumaría a una tendencia internacional que incluye países como Francia, España y Suecia, donde ya se aplican regulaciones similares en el ámbito educativo con resultados positivos en la convivencia escolar y en los niveles de aprendizaje.

La discusión recién comienza, pero el consenso es claro: el aula debe ser un espacio para despertar el pensamiento, no para distraerlo.