Nacido en Apóstoles, Misiones, cerca de la frontera con el sur del Brasil y Paraguay, Spasiuk es un artista contemporáneo, destacado e innovador que en su niñez aprendió música de su padre y de su tío, sigue los pasos de Isaco Abitbol, Tránsito Cocomarola, Martínez Riera, Ernesto Montiel, y otros grandes compositores clásicos de chamamé.
Desde una posición de apertura total y ausencia de prejuicios, Spasiuk produce una rica mixtura de sonidos y ritmo, de luces y sombras, donde tanto el legado como la síntesis, la improvisación como la composición, y la tradición y la modernidad juegan un papel similar, haciendo de su música una intensa experiencia auditiva que va más allá de las fronteras del estilo y del sonido. Un artista excepcionalmente expresivo, Spasiuk, apela a un espíritu animador elevado, tocando como un poseído, transportado de manera visible en el remolino que lo afecta y desafía la resonancia de su acordeón encantado. Su presencia escénica embelesa como un derviche y su extraordinario conjunto crea música de profunda belleza y sentimiento. Mientras que su maestría se articula con un profundo sentimiento de melancolía – una parte tan importante de la historia social argentina – también transmite un optimismo resiliente ante el destino trágico de todos los esfuerzos humanos.