Con la muerte del Papa Francisco, la historia vuelve a escribirse en el corazón de Roma. En los próximos días, el Vaticano se convertirá en el epicentro de uno de los rituales más solemnes y misteriosos de la humanidad: el cónclave.
Desde distintos rincones del planeta, 137 cardenales viajarán a la Ciudad Eterna para encerrarse en la Capilla Sixtina. Sin celulares, sin contacto con el exterior, sin distracciones. Solo ellos, sus votos, y la responsabilidad de elegir al próximo líder de más de 1.300 millones de católicos.
¿Cómo será el proceso?
Tras los días de duelo llamados “novemdiales”, comenzarán las votaciones secretas. Hasta cuatro por jornada. Y cada vez que el mundo vea elevarse humo negro, sabrá que aún no hay consenso. Solo cuando el humo blanco se alce al cielo del Vaticano, se sabrá que hay nuevo Papa.
Para ser elegido, un candidato necesita los votos de dos tercios del cónclave. Aunque la tradición dice que debe ser cardenal, en realidad cualquier varón bautizado podría recibir el llamado. ¿Quién será? Los nombres que suenan con fuerza son Matteo Zuppi, Luis Antonio Tagle, Marc Ouellet y Peter Turkson. ¿Habrá otra sorpresa latinoamericana?
Si el acuerdo tarda en llegar, los cardenales pueden flexibilizar las reglas… pero la historia reciente muestra que el Espíritu Santo no suele demorar. Recordemos: Francisco fue elegido en apenas 5 votaciones.
Cuando finalmente un hombre acepte la elección y el nuevo nombre papal, el mundo entero escuchará desde el balcón de San Pedro la esperada proclamación:
“¡Habemus Papam!”
Una nueva era está a punto de comenzar.
