¿Qué es la Ashwagandha y para qué se utiliza?

La ashwagandha, conocida también como “ginseng indio” o “cereza de invierno”, es un arbusto de hoja perenne originario de Asia y África, tradicionalmente utilizado para combatir el estrés. Aunque se le atribuyen propiedades “adaptógenas” —capacidad de ayudar al cuerpo a resistir el estrés físico y mental—, las evidencias científicas que respalden sus múltiples usos aún son limitadas.

Según el Natural Medicines Comprehensive Database, la ashwagandha es posiblemente eficaz para reducir la ansiedad, mejorar el insomnio, aliviar el estrés y, en algunos casos, ayudar en trastornos de ansiedad generalizada. Sin embargo, no existen pruebas sólidas sobre su eficacia en el tratamiento de otras afecciones ni en el contexto del COVID-19.

¿Cómo actúa en el organismo?

Los compuestos activos de esta planta podrían calmar el cerebro, disminuir la inflamación, bajar la presión arterial y modular el sistema inmunológico. Por este motivo, muchas personas recurren a ella buscando mejorar su calidad de vida en situaciones de estrés.

¿Es segura?

El consumo de ashwagandha por vía oral parece seguro durante un período de hasta 3 meses, pero su uso prolongado aún no ha sido debidamente estudiado. Entre los efectos secundarios que se han reportado se encuentran malestar estomacal, diarrea, vómitos e, incluso en casos raros, daños hepáticos severos.

Además, se desaconseja su uso durante el embarazo, la lactancia, en personas con enfermedades autoinmunes, enfermedad hepática o trastornos de tiroides. También es importante suspender su consumo al menos dos semanas antes de una cirugía programada.

Interacciones a tener en cuenta

La ashwagandha puede interactuar con varios medicamentos, como:

  • Hormonas tiroideas
  • Antidiabéticos
  • Antihipertensivos
  • Inmunosupresores
  • Sedantes
  • Fármacos hepatotóxicos

Además, su combinación con suplementos herbales como la melatonina, kava o valeriana puede potenciar efectos sedantes o riesgos de daño hepático.

Dosis habitual

Los estudios indican que los adultos suelen consumir ashwagandha en dosis de hasta 1000 mg diarios durante 12 semanas. De todas formas, es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de iniciar su consumo, para adaptar la dosis y evaluar riesgos.