Las tareas vinculadas al reciclaje se han comprendido como una de las mejores acciones que pueden desarrollar las personas para cuidar la salud del ambiente. Pero, las realidades sociales, culturales, políticas y ambientales demandan que los y las representantes del Estado, diseñen medidas ambientales, relacionadas entre sí.
El reciclaje no solucionará la totalidad de las problemáticas socio ambientales pero si habilita nuevas oportunidades laborales para determinados sectores de las sociedades.
El “Reciclaje inclusivo”, es una nueva forma de gestión de los residuos sólidos urbanos, que promueve incorporar y reconocer el valor fundamental de la labor de los recicladores de base o informales (mal llamados cartoneros, cirujas o carreros) en el circuito de los residuos.
Las cooperativas y grupos de recuperadores organizados son una parte central de la solución de la problemática socio ambiental de la “basura” en las comunidades y un eslabón fundamental de la cadena de valor de distintos materiales reciclables como el papel, cartón, plásticos, metales, vidrio, tela, entre otros.
Ahora bien, pensándonos como habitantes de una comunidad, que diariamente consumimos productos y generamos cierta cantidad de residuos nos preguntamos ¿Cómo nos vemos vinculados a este circuito de los residuos?
Cada persona tiene la posibilidad de elegir 2 caminos con sus desechos: Convertirlos en basura sin valor que contamina el planeta o transformarlos en residuos que tienen el potencial de ser reciclados.
Marcar la diferencia entre residuo y basura es clave. Si realizamos una correcta separación de los residuos entre orgánicos e inorgánicos.
El reciclaje trae aparejado no solo un beneficio ambiental, sino social, debido a que brinda oportunidades laborales y de estabilidad económica a grupos de personas que trabajan con nuestros residuos y que, al encontrarse correctamente separados, pueden venderlos a un mejor precio.
Es vital que, desde nuestros hogares, adquiramos el hábito de la separación porque estamos facilitando el trabajo diario de los recicladores, cuidando su salud, garantizando una mejor economía para ellos y vincularlos a un trabajo formal.
Existen distintas acciones que podemos adoptar como conseguir al menos dos cestos de residuos para separar los residuos domiciliarios. Indagar si funciona una cooperativa de recicladores en la comunidad o en comunidades vecinas. Sondear si actualmente existe un programa de separación de residuos en la localidad que establezca cómo separar los residuos y que días sacarlos a los contenedores municipales.
Finalmente, es probable que no resulte del todo correcta la separación de residuos o que inclusive tus vecinos no separen los mismos. Pero recordá que tu acción suma y estás dignificando la vida de un reciclador o una recicladora.