El Síndrome de Fatiga Crónica es una enfermedad caracterizada por una profunda fatiga, anormalidades del sueño, dolor y otros síntomas que empeoran con el esfuerzo.
El síndrome de fatiga crónica ocurre con más frecuencia en las mujeres. La causa de esta enfermedad es desconocida, pero puede estar relacionada con factores ambientales o genéticos.
El síntoma principal es fatiga durante más de seis meses. La fatiga suele aumentar con la actividad, pero no disminuye con el descanso.
No hay cura ni tratamiento aprobados para esta afección. Sin embargo, se pueden tratar o controlar algunos síntomas para brindar alivio.
Los criterios diagnósticos fueron simplificados en el año 1994 por un Consenso internacional (EEUU) y consisten en:
Presencia de fatiga médicamente inexplicable con una evolución de, al menos, 6 meses que no se explica por el ejercicio físico, no se alivia con el reposo y reduce el nivel de actividad.
Alteraciones de la memoria, de la concentración, dolores de garganta, musculares, articulares, cefaleas, adenopatías (ganglios inflamados) y dificultades para reponerse luego de actividades físicas (ejemplo: caminata).
Un estudio realizado en la Universidad de Amberes, Bélgica (publicado por la Academia de Medicina Psicosomática de EEUU), explica “que existirían determinantes de base temperamental. Las dimensiones del temperamento son tendencias heredadas y se manifiestan en todas las personas en los primeros años de vida. Consisten en la búsqueda de novedad, la evitación del daño, la recompensa-dependencia, y la persistencia”.
– La búsqueda de novedad se define como la tendencia a responder con entusiasmo a los estímulos novedosos o a señales que significan un alivio a la pena, con la consiguiente activación de la conducta de búsqueda de placer.
– La evitación del daño se basa en una respuesta innata a responder con inhibición de la conducta ante los estímulos amenazantes o aversivos.
– La recompensa-dependencia son aquellos mecanismos que nos llevan a responder intensamente a los estímulos de recompensa, lo cual mantiene la conducta.
– La persistencia es la repetición de aquellos comportamientos que han sido reforzados por las recompensas o el alivio de la pena (displacer o angustia).
Finalmente, el estudio pone en evidencia que las personas con Síndrome de Fatiga Crónica toman excesivos recaudos en la búsqueda del placer, carecen de audacia, son temerosas, inseguras, pesimistas, incluso ante la presencia de personas
Además, demostró puntuaciones altas para la evitación del daño, promueven la persistencia de la conducta, ya que la persona vive lo impredecible o incierto con angustia, por lo tanto, prefiere reproducir en forma rígida los comportamientos conocidos.
La rigidez de las tendencias innatas del temperamento determina personalidades predecibles, con un mal manejo de la ansiedad (tensión interna). Es notable cómo la fatiga y la frustración son retos para la superación y no “luces rojas” para reflexionar, evaluar alternativas, o simplemente, descansar.
Muchos son definidos como “adictos al trabajo” “incapaces para delegar”, “sujetos de alto rendimiento” o “sujetos que no pueden decir ‘no’ a las demandas de los demás”. El sobre entrenamiento puede ser un factor que induzca al Síndrome.
A largo plazo las consecuencias pueden conducir a una actitud negligente a las necesidades del cuerpo, con altos grados de ansiedad, insomnio o sueño no reparador.
Se sabe que el exceso de tensión provoca cambios en el sistema inmune, predisponiendo a las enfermedades infecciosas. Por lo tanto, todas estas características descritas ayudan a la aparición del síndrome de fatiga crónica y otras patologías psicosomáticas como la fibromialgia, el colon irritable, la hipoglucemia y enfermedades autoinmunes.