El dólar paralelo al borde de los $500 y el dato negativo de la inflación de abril que marcó un récord del 8,4% hicieron que el directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) aplicara un fuerte ajuste a la tasa de interés que los bancos están obligados a ofrecer por las colocaciones a plazo fijo.
Estas dos variables económicas forzaron a la entidad monetaria a convalidar una mejora importante en los rendimientos de las inversiones en pesos, para descomprimir la demanda de divisas, con el objetivo de que no pierdan contra la marcha de los precios. Por lo cual, dispuso aumentar la tasa de política monetaria en 600 puntos básicos y de esta forma, la tasa de interés nominal anual de las letras de Liquidez a 28 días pasó a 97%.
Como parte de la estrategia oficial de hacer más atractivos los rendimientos en pesos y quitar presión a la demanda de dólares, el Banco Central decidió subir fuerte la tasa de interés.
Para personas humanas, el nuevo piso quedó en 97% nominal anual para las imposiciones a 30 días hasta 30 millones de pesos,
Para los plazos fijos del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 88,5%.
Con el 97% de la tasa actual un depósito a plazo tiene un rendimiento de 7,97%. Por ejemplo, un ahorrista decide invertir $50.000 a plazo fijo en un lapso de 30 días, recibirá $53.986. Y en caso de renovar ese capital inicial, en el transcurso de un año, ascenderá a $127.140 por la nueva tasa efectiva anual.
Según, financieros, la suba de tasas podría ayudar a reducir la especulación de quienes toman pesos para comprar dólares, mientras que los ahorristas tendrían una mejor retribución para mantenerse en pesos en lugar de refugiarse en la divisa norteamericana.
