
INECO brindó una serie de ejercicios para implementar a diario, favorecer los procesos atencionales y nuestra capacidad de recordar
Se entiende a la memoria como la capacidad de los seres humanos para aprender, evocar y almacenar la información aprendida. Para la información que memorizamos, atravesamos tres procesos: la codificación o aprendizaje de información, el almacenamiento, a través del cual se guarda la información, y la evocación, que es la capacidad de recuperar aquellos datos cuando los necesitamos.
La licenciada Marina Dolmatzian, miembro del Departamento de Neuropsicología de INECO dio a conocer que “los problemas de memoria son un motivo de consulta frecuente en el consultorio. En esos casos, las personas suelen manifestar que ya no pueden recordar cosas como lo hacían antes, que se olvidan de compromisos importantes o que ya no recuerdan lo que otras personas le dicen”
Y afirmó que “este tipo de consulta se da tanto en jóvenes como en adultos mayores. Para entender dicho fenómeno y saber qué podemos hacer para mantener activo nuestro cerebro, es necesario comprender qué es la memoria y a qué nos referimos cuando hablamos de ella”.
Los problemas de memoria aparecen como una manifestación de problemas atencionales; en otras palabras, si no prestamos atención a la información que debemos adquirir, probablemente esa información no sea almacenada en nuestra memoria y no podamos recordarla. Por lo cual, si no logramos organizar la información que queremos aprender, probablemente sea más difícil recuperarla en el momento en el que la necesitemos.

La licenciada Dolmatzian compartió algunas recomendaciones para ayudar a nuestra memoria:
1) Agrupar y organizar la información: podemos organizar en categoría la información que queremos recordar. Tomarse el tiempo de organizar es una estrategia efectiva para mejorar nuestra memoria.
2) Crear una historia o contextualizar la información: muchas veces queremos recordar información que no tiene contexto o explicación alguna. Ese tipo de información será más difícil de ser recordada o tendrá más chances de ser olvidada.
3) Aplicar el método de los lugares: solemos tener almacenados en nuestra memoria visual algún espacio que frecuentamos, Por ejemplo, la cocina o el lugar donde se guardan las herramientas de trabajo de la oficina. En ese caso, podríamos utilizar ese lugar como un almacén y clave para facilitarnos el recuerdo de la información.
4) Utilizar la técnica de asociación: esta estrategia permitirá relacionar y asociar información novedosa con la que ya se encuentra almacenada en nuestra memoria.
5) Repasar: la repetición en el tiempo, o bien el repaso de la información que estamos adquiriendo, va a favorecer el recuerdo. A medida que avanza el tiempo, la información novedosa se va olvidando, mediante el repaso logramos que ese recuerdo sea algo asó como “nuevamente almacenado”, y este proceso favorece al almacenamiento y recuerdo de la información.
6) Crear reglas mnemotécnicas: armar una frase o palabra más simple que contenga las iniciales de la información que queremos recordar puede ser de gran ayuda. Esta palabra nueva será la clave o pista para que se puede evocar información.
Más allá de las estrategias mencionadas, también se puede hacer uso de algunas estrategias externas como recordatorios del celular, agendas y listas. Realizar el esfuerzo de recordar lo que tenemos que hacer o el nombre que aprendimos recientemente es sin duda un gran ejercicio cognitivo, que favorecerá nuestro rendimiento.
Por lo cual, podemos tanto usar un recordatorio de nuestro teléfono celular para recordar ir a una cita médica como ir al supermercado intentando recordar lo que tenemos que comprar. Ambas estrategias serán adecuadas nos pueden ayudar a cumplir nuestros objetivos.